1. Confía en ti misma.
Aunque si primero alguien confía en ti es más fácil, también se puede lograr sin ese empujoncito. La autoconfianza es el inicio de los sueños que parecen más inalcanzables.
2. Aunque te digan que no puedes, ¡ni caso!
Aunque a veces nos hacen un favor, en mi caso fue un acicate para lanzarme a hacer cosas que ni soñé y demostrar que sí podía.
3. Mira al frente, ten valor y jamás te rindas.
Claro que hay momentos bajos. Pero igualmente en esos casos se puede dar la vuelta a todo y hacer de nuestra debilidad, una fortaleza.
4. La única derrota es el desaliento,
siempre hay que seguir adelante y lo único capaz de frenarnos es la falta de aliento. A lo único que temo es a la falta de esperanza.
5. El esfuerzo: siempre se puede dar más de una misma
y siempre las cosas las podemos hacer mejor, y cuando la motivación flaquea haciendo que todo nos cueste mucho más, piensa: si ellos pueden, ¿por qué yo no?
6. Sin disciplina, vamos como un barco a la deriva.
Esfuerzo sin disciplina es un gasto de energía en vano: “Se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso”.
7. La humildad es fundamental
porque denota buena autoestima, seguridad en una misma, al mismo tiempo que implica que somos conscientes de nuestras limitaciones y que las asumimos sin complejos. Nos permite aprender de cada uno de nuestros errores y seguir creciendo sin vanaglorias.
8. La paciencia tiene un secreto
que siempre cuento en mis conferencias: el dolor es pasajero, pero la recompensa es para siempre. ¿Compensa o no compensa ser paciente?
9. La perseverancia es la virtud
que hace que todas las demás virtudes den sus frutos, fundamental para superar experiencias menos fáciles y para reconfirmar que, si somos constantes, en la vida todo llega.
10. La vida es una eterna lucha
y aquí hemos venido a eso, a luchar, y aunque haya etapas de tregua, casi siempre hay que estar en guardia y es importante hacerlo con nuestra mejor actitud.