El compañero de clase que saca mejores notas, el hermano o la hermana que parece hacerlo siempre todo bien, el colega de trabajo que consigue aparentemente sin esfuerzo resultados brillantes y al que no tarda a llegar una promoción... Todos hemos sentido alguna vez una punzada de envidia por los éxitos de los otros. Nuestra propia inseguridad y nuestra manía de compararnos con los demás son algunas de las causas que están detrás de este sentimiento. No es tarea sencilla, pero celebrar el éxito de los demás puede precisamente jugar a nuestro favor. Nosotros te damos tres motivos por los que vale la pena alegrarse de ellos.
1. A menudo ver como alguien cercano consigue algo con su esfuerzo nos anima a decirnos que nosotros también podemos lograr lo que deseamos. El éxito del otro se convierte así en el mejor ejemplo de que nuestros sueños no son imposibles y nos sirve también para animarnos a trabajar por ello.
2. Celebrar los éxitos de los demás, especialmente si son personas que te importan –amigos, familiares– te ayuda a sentirte más unido a ellos y a afianzar las relaciones. Una espiral positiva que hará que a su vez ellos se alegren de tus logros y te animen a alcanzarlos.
3. Alegrarte de los éxitos de los demás te ayuda también a dejar de compararte con los otros. Cada persona es distinta y el hecho de que a una persona le haya ido bien en un determinado ámbito no significa que no tenga problemas ni dudas. Pensar que a los demás todo les sale bien o les resulta más fácil que a nosotros nos sitúa en una situación de víctimas que nos impide creer en nuestras propias posibilidades.
3 motivos por lo que es bueno alegrarse de los éxitos de los demás
Aunque a menudo nos avergüence reconocerlo, la verdad es que a veces el éxito de los demás nos molesta pues nos hace sentir inferiores o menos valiosos. Sin embargo, el éxito de los otros es a menudo el aguijón que necesitamos para superarnos.
