Tras un año y medio de pandemia es evidente que, en mayor o menor medida, todos hemos perdido la cabeza en algún momento.
Según un estudio de la Confederación Salud Mental España, publicado en marzo, “la salud mental de la población española ha caído en picado en el transcurso de la pandemia”.
Durante las semanas de confinamiento y los meses posteriores, en los que vivimos a medias sin poder realizar una vida normal, la incertidumbre, los fallecimientos, la pérdida del trabajo y la soledad fueron algunas de las situaciones que mermaron la salud mental de la población.
A diferencia de otras grandes crisis, como la de la devaluación de la peseta en 1993 o el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2009, la pandemia por Covid-19 nos ha puesto delante de un espejo del que no podíamos escapar: nuestro propio yo.
Tuvimos que quedarnos en casa. Mirarnos a nosotros mismos no siempre fue fácil. Como no podíamos hacer actividades al aire libre incrementamos los posts en redes sociales explicando cómo nos sentíamos. Poco a poco se fue visibilizando la idea de que “no estoy bien” o, por lo menos, de que “podría estar mejor”.
Desde Objetivo Bienestar hemos tenido la oportunidad de reflexionar sobre salud mental con Benjamín Porras, psicólogo sanitario, que nos ha explicado las cinco claves de por qué todo el mundo habla hoy más que nunca de salud mental.