Nos guste o no, las aplicaciones de mensajería instantánea han transformado nuestras vidas y la forma de relacionarnos. Aunque hubiéramos nacido en la época de lo analógico, a día de hoy, es casi imposible encontrarse con una persona adulta que no disponga de un teléfono móvil inteligente con conexión a Internet y que no utilice WhatsApp a diario.
Esta famosa aplicación nos resulta de gran ayuda en muchas ocasiones, ya que nos permite contactar de manera inmediata con cualquier persona que se encuentre en cualquier punto del planeta. Sus ventajas son evidentes, pero, ¿qué hay de sus inconvenientes?
Utilizar WhatsApp en un entorno laboral, por ejemplo, puede suponernos desdibujar la línea entre lo profesional y lo personal y dejar que nuestra vida fuera del trabajo quede invadida por nuestro jefe o compañeros de trabajo, incluso fuera de horario laboral. Lo que, sin duda, puede aumentar nuestro estrés al sentirnos mucho más controlados.
Algo similar ocurre con algunos grupos en los que nos vemos incluidos, muchas veces sin pedirlo o sin quererlo. De repente, entramos a formar parte de una comunidad de personas conocidas o desconocidas que pueden llegar a incordiarnos con mensajes constantes que no nos interesan y que nos generan poco más que ruido mental.
Así que, para todos aquellos minimalistas de la tecnología o para todos los que quieran hacer un uso más responsable de este tipo de aplicaciones de mensajería instantánea, allá van algunos consejos que seguro que te ayudarán a salir airoso de situaciones complicadas en los chats: