1. No duermes o lo haces poco y mal o te levantas cansada. Revisa tu dieta, destierra las cenas copiosas o el ejercicio antes de dormir, y consulta un especialista.
2. Comes fatal o te olvidas de comer. No se trata de llevar una dieta estricta sin caprichos. Ha der ser saludable, consciente y no en el sofá de cualquier manera. La falta de descanso y la mala alimentación perjudican nuestro sistema inmune y nos causan infecciones.
3. Objetivo, tú. Los retos nos hacen crecer, pero perseguirlos no justifica tu vida. Practica el movimiento slow: disfruta de un té, lee ese libro que tienes pendiente y observa un atardecer. Organiza tu agenda y saca tiempo.
4. Siempre en las redes sociales. La sobreexposición de tu vida personal en Facebook atañe riesgos. ¿Estás siempre mirando las notificaciones? Presta más atención a tu alrededor o te perderás lo que sí sucede.
5. ¿Ignoras tus emociones? Con un ritmo de trabajo muy intenso puedes olvidarte de tu propia vida. Llora si te apetece, comunícate más con los tuyos, échate unas risas. No te olvides de vivir, a fin de cuentas.
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5 señales de que estás al borde de una crisis nerviosa
Antes de que llegues al extremo de sufrir tanto por culpa de tu ritmo vital repasa esta lista y si te sientes identificada, no tardes en echar el freno.

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