1. Cuando estés muy enfadada o angustiada, pregúntate: "¿Tendrá alguna importancia dentro de un año?" Si la respuesta es no, pasa página ya.
2. No "sudes la gota gorda por pequeñeces" y, como señalaba Wayne Dyer, asume que "todo son pequeñeces".
3. Acepta que cada persona se encuentra en un estadio de evolución diferente y que, por lo tanto, actúa lo mejor que sabe desde sus limitaciones. Evita, por tanto, compararte con los demás porque te hará infeliz.
4. Libérate de la necesidad de tener la razón. Lo más probable es que no la tenga nadie.
5. Evita reaccionar en caliente, ya que eso no hace más que agrandar el problema. Como dicen los japoneses: "lo que tengas que decir, dilo mañana".
6. Focaliza tu atención en las cosas agradables que suceden. Es mejor vivir el día a día con optimismo y entusiasmo, eso te ayudará a superar los problemas de manera constructiva y contribuye a tener relaciones más positivas.
6 consejos para relativizar los problemas
Para vivir mejor -con los demás y nosotros mismos- es bueno aprender a evitar que las cosas nos afecten de forma desproporcionada o como si fuesen un ataque personal. En su libro No te ahogues en un vaso de agua, Richard Carlson nos dice cómo actuar contra las preocupaciones ocasionadas por los demás.

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