Se estima que alrededor del 20% de la población tiene alta sensibilidad. Esta característica psicológica, lejos de ser un trastorno o una enfermedad mental, la comparten aquellas personas que, sencillamente, cuentan con un sistema nervioso más fino y más capacitado para captar estímulos. Una particularidad que, según cómo se mire, puede interpretarse como algo positivo, que aportará mucho valor y riqueza a nuestra vida, o como algo más negativo y más ligado al sufrimiento.
De entrada, es cierto que, si somos más sensibles a los estímulos, es probable que también seamos más vulnerables y que, por tanto, suframos más menudo y más intensamente que los demás. Pero, a la vez, contaremos con un gran potencial que puede ser visto como un don y que permite utilizar un pensamiento más profundo, con una gran sensibilidad hacia las sutilezas y con una fuerte empatía (aunque algunos autores, como Meritxell Garcia, lo ponen en duda). Rasgos que contribuirán, sin lugar a dudas, a una más profunda conexión con los demás, con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Características de las personas altamente sensibles
Karina Zegers, autora de los libros La alta sensibilidad y Personas altamente sensibles, es coach, escritora y filóloga, además de uno de los grandes referentes de PAS de nuestro país. Para Zegers, si somos PAS, deberemos cumplir sí o sí con estas cuatro características:
- Reflexionar de manera profunda sobre la información recibida
- Tener tendencia a sobre estimularnos o saturarnos
- Contar con una fuerte emocionalidad ligada a una gran capacidad empática
- Tener una elevada sensibilidad sensorial, especialmente en todo lo referente a las “sutilezas” que los demás no perciben
Si lo llevamos a un terreno más práctico, eso significa que los PAS se verán afectados por luces brillantes, olores fuertes o ruido general; tendrán tendencia a la timidez, a la introversión y a la falta de asertividad o a la incapacidad por decir no y establecer límites claros; se sentirán profundamente conmovidos por los problemas o las situaciones de los demás e intentarán, de manera instintiva, prestarles su ayuda; necesitarán frecuentemente espacios de silencio, de calma y de soledad, especialmente después de jornadas intensas, etc.
El test de Karina Zegers para saber si eres PAS
La conocida coach y escritora utiliza el test básico de la Dra. Elaine Aron para ayudar a las personas a descubrir si son PAS o no lo son. Se trata de una herramienta muy sencilla que describe, en 22 puntos, las principales características de esta condición, que puedes consultar en su página web. Un resultado con un número superior a 15 respuestas positivas, confirmaría que somos PAS, mientras que un resultado inferior a 14 lo descartaría.
En cualquier caso, y frente a la duda, siempre podemos contar con la ayuda de un profesional del campo de la psicoterapia o del coaching que nos ayude a identificar si lo somos o no lo somos, y qué podemos hacer para mejorar nuestra calidad de vida.
Cómo sacar provecho a mi alta sensibilidad
Como decíamos al inicio del artículo, contar con alta sensibilidad no debería ser visto o interpretado como una carga sino, más bien, como un don. La clave está en aceptar nuestra condición y no pretender ser lo que no somos, manteniendo el estrés y los estímulos a raya, además del resto de riesgos que pueden provocarnos la desagradable sensación de sobre saturación.
Estos son algunos de los consejos que puedes poner en práctica si quieres aprovechar tus potencialidades como PAS:
- Fortalecer tu asertividad
- Aceptar tu sensibilidad sin juzgarla, menospreciarla o avergonzarte de ella
- Aprovechar tu empatía para conectar con los demás
- Rodearte de otros PAS
- Alejarte de comportamientos tóxicos
- Asegurarte un refugio diario de silencio y calma
- Buscar la forma de canalizar tus emociones
No en vano, se considera que el 99% de los artistas son personas altamente sensibles
Y es que, la sensibilidad exquisita es una base excelente para plasmar el talento artístico y devolverle al mundo una pequeña parte de tu genialidad.

Terapia focalizada en fortalecer las virtudes de la alta sensibilidad
Es posible que, si eres PAS, o bien todavía no lo sepas o bien te pesen más los puntos débiles que los puntos fuertes, a los que no sabes cómo sacar provecho. Un ejemplo muy común es la falta de asertividad o la incapacidad de poner límites claros a las personas que nos rodean, una consecuencia común que suele vincularse con una autoestima baja.
Los problemas con la pareja, la incapacidad para superar una ruptura o un duelo, o bien la autoexigencia y el perfeccionismo enfermizo también pueden ser problemas de nuestro día a día cuando somos PAS, y a los que no sepamos cómo enfrentarnos.
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