Estrés, ansiedad, falta de comunicación entre los equipos o inseguridad son solo algunas de las principales causas que sufren miles de empleados que pueden derivar en síndromes laborales más graves. Aunque siempre han existido, lo cierto es que durante la crisis sanitaria estos síntomas se han agravado y multiplicado. Los puede sufrir cualquier persona a cualquier nivel dentro del organigrama de la empresa, y las consecuencias son negativas no solamente para el empleado, cuya motivación puede verse afectada, sino también para la salud de la compañía.
Si los unimos a la fatiga pandémica, no es de extrañar que las consultas psicológicas sobre estos síndromes hayan aumentado alrededor de un 20%, según datos del Colegio Oficial de Psicología de Madrid. Las empresas tienen una importante responsabilidad en este aspecto, y según un estudio realizado por Sodexo, el 60% de las organizaciones considera la conciliación, el bienestar físico y emocional de los empleados como el reto más importante sobre el que empezar a tomar riendas.
En este sentido, Miriam Martín, directora de marketing de Sodexo, insiste en que “los departamentos de Recursos Humanos han de dar la importancia que se merece a la salud y el bienestar de los trabajadores para proteger y garantizar un entorno de trabajo sano y saludable que no perjudique al estado físico ni emocional de las personas que lo conforman”.
Pero ¿cuáles son estos síndromes? ¿Cómo se identifican sus síntomas? Y lo más importante: ¿cómo pueden reducirse o evitarse?