Lejos de lo que pueda parecer, la economía no es solo cuestión de números, sino de personas, de psicología, de comportamiento humano y, por supuesto, de emociones. Tal y como afirma Adrián Bernabéu, inversor diversificador experto en economía conductual y fundador del Máster de Inversores, “economía y emociones no son conceptos antagónicos”.
“Creemos que somos seres totalmente racionales pero tanto la forma en la que está hecho nuestro cerebro como la forma en la que hemos evolucionado como especie nos condiciona, inevitablemente, a que toda la información pase primero por nuestro cerebro reptiliano (el primero que desarrollamos como especie, el más animal, que hace referencia a la parte instintiva), después por el sistema límbico (el de nuestras emociones) y después por el neocórtex (el que se encarga de racionalizar y el último en procesar la información)”, explica.
Nuestras emociones tienen un gran peso en todas nuestras decisiones
Así, para Adrián Bernabéu, todas las decisiones comienzan siendo una creencia infundada en base a nuestra educación, cultura, tradiciones, contexto, experiencias propias, etc. A partir de ahí se genera un pensamiento acerca de esa situación que hay que decidir y automáticamente se origina una emoción, que es la que verdaderamente actúa como motor y nos empuja a tomar acción.
Esto quiere decir que, aun sin ser conscientes de ello, nuestras emociones tienen un gran peso en todas nuestras decisiones, incluidas aquellas que afectan a nuestra economía, inversiones y finanzas. Pues todas ellas, sin excepción, han sido filtradas e influenciadas por nuestras emociones.
Según Adrián Bernabéu, todas las emociones respecto a la inversión se separan en tres: una baja, una equilibrada y una alta. Obviamente, lo ideal es mantenerse en equilibrio y, dependiendo de tus capacidades, tu experiencia y tu gestión emocional, te será más fácil dejar de estar desequilibrado en una emoción baja o alta. No obstante, todo se puede trabajar. Veamos qué representa cada una de ellas y cómo puedes aprender a gestionarlas.