Una ruptura es uno de los momentos emocionalmente más difíciles de afrontar. Suele doler más si te dejan que si eres tú quien toma la iniciativa, pero en ambos casos queda un amargo sabor a derrota, a no haber elegido adecuadamente o a no haber sido capaz de mantener a nuestro lado a la persona amada. Son muchas las parejas que, por temor a enfrentarse a esa nueva etapa de soltería forzada, prolongan la duración de la pareja, a sabiendas de que ya no queda nada. Raquel Fernández y Noelia Luna, psicólogas y sexólogas de Ishtar Psicólogos, insisten: es un grave error. “Cuando iniciamos un proyecto de vida en común todos queremos que sea para siempre. Si no sale como esperábamos, el grado de frustración es tremendamente alto. Pero cuando la vida en pareja no aporta todo lo que necesitamos, hay que reconocer su final y no dilatarlo en el tiempo. Es más, prolongarlo acaba pasando una gran factura emocional”.
Dice la sabiduría popular que ‘lo que no mata, te hace más fuerte’. También con el amor. “No todo lo que se desprende de una ruptura es negativo. Incluso esa mala experiencia nos va a aportar aspectos positivos, nos hará más fuertes y, si aprendemos de los fallos, nos va a preparar para futuras situaciones de pareja. Todo este aprendizaje va a revalorizarnos como personas”. No niegan que vaya a doler, puede que incluso ‘nos rompa por dentro’. Pero llegará el momento de secarse las lágrimas, tomar papel y lápiz y trazar un nuevo sendero de vida.
1. Busca los errores. No es cuestión de buscar culpables. Tampoco de dar alas a los reproches. Revisa vuestra relación como en un flash back. “Es hora de mirar hacia atrás y ser sinceros con nosotros mismos reconociendo dónde nos hemos equivocado para no volver a cometer el mismo error”. ¿Faltaba diálogo? ¿Hacíais pocas cosas en común? ¿Sospechabas de esa ‘amiga’ pero no te atreviste a sacar el tema hasta que él te anunció que ella estaba embarazada de él? ¿Uno gastaba más que otro? Haz una lista con todo aquello que dinamitó la relación, ya fuera cosa tuya o de la otra persona. “Una vez conocidas las causas, solo queda tenerlas presentes, mirar hacia delante y proponernos ser mejores para conseguir mejores cosas”.
2. Ponte en valor. Tal vez los desplantes de tu pareja te hicieron llegar a sentirte inferior. O luchaste tanto por sacar la relación a flote que renunciaste a ser como te gustaba. Es el momento de sacar pecho por ti, de plantarte y gritarle al mundo aquello de ‘porque yo lo valgo’. “La ruptura nos abre las puertas a querernos. Sobre todo, en aquellos casos en los que nos hicieron sentir tan infravalorados que nos lo llegamos a creer”.
3. Recupera el diálogo. Por extraño que parezca, hay ex parejas que se llevan mejor como ex que como matrimonio o novios. Y es que una vez asumido que aquello no funciona en común, sí se puede mantener la amistad que un día os acercó. “Sucede cuando hay intereses comunes, como la custodia de los hijos o compartir la casita de la playa. En la nueva situación como ex pareja resulta más fácil recuperar la cordialidad que se había perdido por un bloqueo de la comunicación, por reproches interminables o por falta de sentimiento romántico”.
4. Descúbrete. ¿Quieres subir al Mont Blanc? ¿Ser chef? ¿Escribir un libro? ¿Trabajar de lo que estudiaste, pero que nunca ejerciste por cuidar a los niños? ¿Colaborar con esa ONG? Hazlo. ¿Querías hacerlo desde hace tiempo, pero siempre te cohibía no contar con su apoyo? Hazlo ahora. Así sabrás si realmente te apetece o él era la excusa perfecta para no intentarlo. “Es el momento de ser conscientes de quiénes somos y de qué somos capaces. Solo cuando te encuentras contigo mismo, sin proyecciones ni apoyos, eres capaz de descubrir tu verdadero yo. E, incluso, de superarte. La necesidad apremia”.
5. Disfruta de la calma. Suena irónico, pero la ausencia de tensiones, de broncas o de disgustos, es un alivio. Una vez pasado el achuchón de lloros, rabia, abogados, firmas y repartos, empieza una nueva vida. Tu nueva vida. “Una ruptura también puede mejorar nuestra calidad de vida. Seguramente ganemos en tranquilidad, en equilibrio emocional, en seguridad”. Aprovecha para recuperar tiempo perdido con las amigas, para ponerte a bien con la lectura o para trastear en la cocina imitando esa receta de Masterchef que tanto te gustó.