La cromoterapia utiliza la energía de la luz para armonizar cuerpo, mente y espíritu y nos ayuda a alcanzar el equilibrio. Los colores influyen en nuestro estado de ánimo: pueden calmar, inspirar, alterar o excitar. Desde épocas ancestrales los colores se han considerado una fuente de energía capaz de armonizar nuestro organismo y ya en antiguas civilizaciones (China, India o Egipto) sirvieron como un tratamiento terapéutico efectivo para regular determinadas enfermedades, malestares o trastornos emocionales.
Actualmente, la cromoterapia es una de las principales terapias alternativas que usan la energía como fuente de bienestar y de equilibrio psicoemocional y físico. Para conseguir el equilibrio mental y físico tenemos que estar en contacto con los siete colores del arco iris (rojo, naranja, amarillo, verde, azul, violeta y blanco), asociados a una frecuencia vibratoria.
La cromoterapia se puede trabajar con cualquier elemento que tenga una frecuencia vibratoria (telas de colores, cristales de cuarzo) y también puede combinarse con otras terapias alternativas, como la aromaterapia. Es adecuada para cualquier persona y edad y no tiene efectos secundarios.