La ilusión por comenzar un nuevo año se ve a menudo ensombrecida por lo que los anglosajones denominan “January Blues”, que podríamos traducir como “la tristeza de enero”. El final de la Navidad, la vuelta a la rutina, el mal tiempo o las pocas horas de luz convierten al primer mes del año en una de las épocas más complicadas para nuestra salud mental.
No es de extrañar entonces que en enero tengan lugar dos fechas clave relacionadas con la melancolía: el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, celebrado el 13 de enero; y el “Blue Monday” o “Lunes Triste”, que tiene lugar el tercer lunes de enero, considerado el día más triste del año.
De acuerdo con los expertos, los casos de depresión y ansiedad tienden a crecer en enero. Pero, ¿qué factores son realmente los que hacen que el primer mes del año tenga un impacto negativo en nuestro bienestar emocional? ¿Cómo nos afectan? ¿Cómo podemos hacerles frente? Savia, la plataforma de salud digital de MAPFRE para asegurados y no asegurados, revela qué hay detrás de ese halo de pena que envuelve a enero.
¿Por qué se relaciona enero con la tristeza?
Tal y como señala Savia, existen cinco factores que pueden ocasionar que en estas fechas nos sintamos más decaídos de lo habitual, e incluso, en casos más extremos, lleguemos a experimentar episodios de ansiedad o depresión.
- El final de las Navidades
La Navidad es una época llena de emociones que van desde la felicidad de reunirnos con nuestros seres queridos, al estrés por dar con el regalo perfecto, o al sufrimiento de echar de menos a quienes ya no están. Tal y como afirma Alma Fernández, directora médica de Savia, “esa montaña rusa emocional que experimentamos durante la Navidad puede afectar considerablemente a nuestra salud mental. De hecho, muchas personas experimentan una sensación de vacío después de estas fechas, y a ello se le une la melancolía que nos da decir adiós a las vacaciones y a los momentos familiares”.
- La vuelta a la rutina
El famoso “síndrome postvacacional” nos asalta en el regreso a la oficina, haciendo que nos sintamos más perezosos y desmotivados. Por suerte, cada vez más empresas apuestan por cuidar el bienestar mental de sus empleados, gracias a iniciativas como la de Savia, que ofrece a las compañías servicios de salud emocional y nutricional, junto con servicios de telemedicina, de prevención y de protección, para los trabajadores.“Nuestro servicio de Wellbeing permite a las empresas cuidar el bienestar físico y psicológico de sus empleados, que pueden disfrutar de videoconsultas psicológicas, chat médico o fisioterapia en el trabajo, entre otros servicios.” Señala Alma Fernández.
- El revés económico
Nuestro bolsillo nota, sin duda, los excesos del mes de diciembre. Después de varias semanas de consumismo, en enero llegan las consecuencias de tanto gasto, y con ellas las preocupaciones financieras. Para evitar que nuestra economía se convierta en un quebradero de cabeza, es fundamental contar con una buena cultura de ahorro, más aún en épocas de mayor gasto como la Navidad.
- Falta de luz y días más cortos
La luz solar es clave para nuestro bienestar emocional. La falta de esta en invierno puede causar deficiencia de vitamina D, que actúa como “neuroprotectora” y puede ser determinante en el desarrollo de trastornos mentales. Además, los días más cortos afectan a nuestro estado emocional, provocando que nos sintamos con menos energía.
- Los efectos psicológicos del mal tiempo
En relación también con los efectos psicológicos de la estación invernal cabe destacar el impacto que tienen en nosotros las bajas temperaturas y los días lluviosos. Y es que los cambios bruscos de humedad y temperatura pueden dar lugar a perturbaciones en el sistema nervioso, haciendo que seamos más vulnerables a los signos depresivos.
Consejos para hacer frente a la cuesta emocional de enero
Si estos factores que acabamos de mencionar te resultan familiares y alguna vez te has sentido afectado por ellos durante esta época, te recomendamos que eches un vistazo a los siguientes consejos para combatir el “January Blues”.