Cómo combatir los efectos de la meteorología

Una de cada tres personas es meteorosensible. Esto significa que la temperatura, la luz y las estaciones le afectan de manera positiva o negativa en la salud y el estado de ánimo. Aumenta su estrés en los días de viento, tienen tendencias depresivas o migraña los días de nubes grises y sensación de malestar en días de baja temperatura. Pero ser meteorosensible también tiene su lado bueno: una de cada tres de estas personas tiene capacidad de predecir el tiempo, sólo hace falta que sepa escuchar lo que su cuerpo le dice.   

Además, se ha demostrado que cuando llueve nos sentimos más tranquilos y los ataques de pánico se reducen a la mitad. Los días de lluvia son ideales para relajarse en el sofá con una buena película o disfrutar de interminables charlas en un cafetería junto a un amigo. Al igual que los días grisáceos, fríos o con fuerte viento, dónde podemos dedicar más tiempo a leer, escribir o reflexionar. Actividades muy beneficiosas para la armonía de tu mente.

Para los que no quieran que un mal día les impida hacer actividades, un paseo bajo una fina lluvia cubierto con un paraguas le puede ayudar a contemplar su ciudad desde otro tipo de vista. ¿A alguien no le ha encandilado la imagen del famoso Big Ben de Londres bajo la lluvia? Correr en los días nubosos, cuando las calles están un poco más desiertas, sobre la tierra mojada y cuando los árboles desprenden ese característico olor a naturaleza es bueno y saludable para renovar el aire de los pulmones.

Es verdad que casi todos notamos en nuestro estado de ánimo las variaciones ante efectos meteorológicos como el sol, la lluvia o el viento. Esto nos pasa porque vivimos inmersos en la atmosfera, en constante interacción con el aire. Sólo debemos aprender a sacarle partido a las cosas positivas que puede tener un día sombrío.