Contrariamente a lo que se creía hace unos años, no hace falta sufrir una patología grave para acudir al psicólogo. El miedo, la tristeza, la ansiedad, el estrés crónico o la falta de autoestima son ejemplos de problemas psicológicos muy comunes que afectan a muchas personas y que conllevan un alto grado de sufrimiento e insatisfacción que condicionan de forma más o menos aguda nuestro día a día, pero que pueden gestionarse y superarse con acompañamiento profesional y una adecuada disposición del paciente.
No hay nada de vergonzoso ni de humillante en ir al psicólogo y en decirlo abiertamente
Afortunadamente, desde hace ya algún tiempo, la salud mental ha empezado a romper muchos de los mitos que la rodeaban y ha empezado a dejar de ser tabú. Porque, evidentemente, no hay nada de vergonzoso ni de humillante en ir al psicólogo y en decirlo abiertamente. De hecho, ya son muchos los personajes públicos que han hecho campaña en sus redes sociales explicando que han pasado o están pasando por algún mal momento en el que han necesitado de apoyo profesional, tal y como te explicábamos en el artículo 5 claves de por qué todo el mundo habla de salud mental.
“Yo soy así”: un error común que puede salirte muy caro
Una de las grandes equivocaciones que cometemos mujeres y hombres es pensar que “somos” de una determinada manera, que “no hay nada que hacer” o que “nadie nos podrá ayudar”. Un pensamiento limitante que nos conduce al bloqueo, a la inacción y al empobrecimiento vital.
Pero, en realidad, somos el resultado de cómo pensamos y de cómo actuamos, y nuestro sistema de creencias ha venido condicionado por muchísimos factores como nuestra educación, el entorno social, nuestra concepción de los éxitos y fracasos personales, etc. Por eso, en esta parte racional, tenemos mucho por hacer y existe siempre un gran margen de mejora.
Lo único que se necesita para activar el cambio interior son las ganas y la predisposición de salir adelante, fortalecido y más sabio. Porque, de poco nos servirá acudir al psicólogo o a cualquier otro especialista en salud mental si le derivamos toda la responsabilidad de cambiarnos y esperamos que sea ella o él quien, por arte de magia, nos haga sentir mejor apretando un botón. Olvídalo, porque nunca funciona así.
Cualquier proceso de transformación personal debe nacer de tu propia voluntad y desde la autorresponsabilidad
Cualquier proceso de transformación personal debe nacer de tu propia voluntad, abandonando las actitudes victimistas o resignadas y enfocándote al cambio de manera autorresponsable, asumiendo que vas a ser tú quien haga el verdadero trabajo. Eso sí, guiado y pautado por un profesional, que te dará nuevas herramientas que antes no tenías y que te enseñará cómo utilizarlas y cómo sacarles el máximo provecho.
Señales de que necesitas ayuda psicológica
No hace falta llegar al límite ni, como decíamos, sufrir ningún trastorno mental para acudir al psicoterapeuta. Estas son solo algunas de las situaciones muy comunes que los seres humanos tendemos a normalizar pero que deberíamos ser capaces de identificar y de pedir ayuda si no sabemos cómo resolver por nosotros mismos:
- Te sientes solo
- No encuentras sentido a la vida
- Padeces inseguridad y baja autoestima y esto te pasa una dura factura en distintas áreas de tu vida
- Te sientes ansioso y/o estresado de manera regular o crónica
- Tienes bloqueos y no consigues hacer lo que te propones
- Tus relaciones personales no van bien
- Tus emociones y pensamientos te desbordan
- Tienes problemas en el trabajo que no sabes cómo solucionar
- Sufres algún tipo de adicción
- Te sientes dependiente de algo o de alguien
- No sabes poner límites y la falta de asertividad te hace sufrir
- Te sientes mal pero no sabes identificar el motivo
- Tienes problemas de insomnio
- No sabes gestionar bien las emociones y sufres ataques de ira
- Pones demasiados límites o demasiados pocos límites a tus hijos o a tus trabajadores
- Etc.
Aprender a detectar y a reconocer nuestros propios sentimientos y emociones no siempre resulta fácil, pero es algo crucial que nos permitirá empezar el cambio interior. Nunca es tarde para pedir ayuda y empezar a cambiar aquello que no nos gusta de nosotros mismos o aquello que nos hace sufrir, porque todos merecemos sentirnos felices y en paz con quiénes somos y con la vida que llevamos.
Nunca es tarde para pedir ayuda
Por último, a la hora de elegir a tu acompañante, es importante que conectes con ella o con él y que se trate de un profesional que practique, por delante de todo, la escucha activa y que pueda ofrecerte una terapia personalizada, adaptada a tu situación y a tus necesidades particulares. Y, si no aciertas a la primera, no desesperes. Sigue buscando y acabarás encontrando la persona más adecuada para acompañarte en todo este camino que transformará tu calidad de vida.