Tal vez hayas hecho una broma a una amiga sin ser consciente de lo mal que le ha sentado que la llamases “tortuga” porque ha tardado más de la cuenta en llegar al restaurante donde habíais quedado. O quizás te cueste entender por qué ese ruido que tú pasas por alto a ella le moleste tanto. E incluso puede ser que tú seas esa persona. De ser así, no eres rara, ni extraña ni una incomprendida: eres altamente sensible.
¿Eres PAS?
En España “el sistema educativo convencional está centrado en el desarrollo cognitivo y la productividad. Los temas emocionales o sentimentales están bastante ausentes, excepto cuando el profesor se implica en ello”, comenta Rafael Bisquerra, doctor en Pedagogía y director del Posgrado de Educación Emocional y Bienestar de la Universidad de Barcelona. Por lo tanto,si además eres más sensible que la media, no “padeces” nada, tan sólo no te ajustas al sistema que ha funcionado con la mayoría.
David Gallardo-Pujol, profesor de Psicología de la Personalidad y Diferencias Individuales de la UB nos concreta los tres principales rasgos que definen a una PAS:
Gran facilidad de excitación emocional: Percibe los mensajes de los demás con mucha intensidad, ya sean buenos o malos y por lo tanto se pueden sentir amenazadas. En este sentido, este rasgo puede derivar en ansiedad o depresión, pero no son vinculables directamente.
Sensibilidad estética: Necesita estímulos artísticos (música, pintura, etc.) cerca para sentirse más realizada, ya que su hemisferio derecho, el asociado a la creatividad, está en general más desarrollado.
Bajo umbral sensorial: Percibe de manera más acusada los ruidos, las olores, las luces…
Para saber más sobre las personas altamente sensibles, puedes consultar el número de mayo de Objetivo Bienestar, a la venta el 23 de abril de 2015.