Existen líneas delgadas muy interesantes de analizar por las consecuencias que conllevan situarse en un lado u otro, y una de ellas es esta: la línea que separa el autocuidado y la obsesión cuando hablamos de cambios físicos como pudiera ser, por ejemplo, el peso corporal.
Te pongo en antecedentes: En agosto se puso en contacto conmigo Gabriela Pocovi, nutricionista especializada en microbiota intestinal, increíble profesional con lista de espera y una muy buena amiga. Su propuesta era que hiciésemos un Instagram Live hablando sobre este tema y que pusiéramos en común nuestra opinión profesional, ella como nutricionista y yo como coach y voz de la slow live.
Aunque esa semana iba a estar algo pillada de tiempo, me gustó tantísimo la propuesta que no pude rechazarla, así que acordamos un día y una hora y nos pusimos a conversar.
Te animo a ver el vídeo, dura una hora, fue improvisado pero muy, muy nutritivo. Hablamos del coaching y del tipo de coaching que yo hago, de cómo puede ayudar un coach en el trabajo por la salud (cambio de hábitos), dónde está la línea, qué podemos hacer para no sobrepasarla, dónde está el equilibrio, etc.
¿Qué hace una coach hablando de esto?
El coaching puede jugar un papel determinante en el trabajo por el cambio de hábitos.
Acudir al nutricionista es necesario porque son ellos quienes determinan qué habitos son necesarios para lograr el objetivo que se desea (bajar o subir de peso, bajar o subir valores, mejorar una u otra condición, etc). Sin embargo, atravesar todo este proceso de la mano de un coach podría conseguir pasos más certeros, cambios estables, decisiones más conectadas y alineadas y, con todo esto, resultados más duraderos.
En el trabajo por objetivos, el coaching ofrece una metodología óptima que incluye análisis, plan de acción y ajustes, es por ello que puede marcar la diferencia.
Autocuidado vs. Obsesión
¿Sabrías decirme en qué lado te encuentras? Rigidez, perfeccionismo, culpa, presión, son algunos de los conceptos que encontramos en la obsesión. También podemos encontrar autocastigo “como ayer hice esto, hoy no me merezco esto otro”.
En el lado del autocuidado hay más márgenes, el discurso es gentil, amoroso, y también hay menos culpa y más responsabilidad.
El problema de esta delgada línea que los separa es que ni siquiera es una línea, es algo borroso, se diluye en el tiempo y en el espacio, y además es cambiante. Se mueve. Unos días es obsesión de actuar de una manera y al día siguiente esa misma acción la percibes como autocuidado. Se trata de tener la atención puesta en la actitud que acompaña todo esto.
¿Y qué actitud es esa?
Te invito a tener en mente estos tres conceptos: fluidez, slow y liviandad.
El motivo por el cual sostengo que todo es cuestión de actitud es porque, como te he dicho, una misma acción puede hacerse desde distintos lugares.
Por ejemplo, decidir no comer helado hoy porque ya comiste helado ayer puede ser un castigo, si te apetece helado y te lo niegas solo porque ya no te lo mereces, o puede ser autocuidado, si te apetece helado pero prefieres no comerlo porque ya comiste ayer y te encuentras en paz con ello. ¿Notas la diferencia?
- Fluidez. La fluidez implica adaptarse a la realidad y bailar al ritmo de las necesidades del momento. No forzar la situación, ni las apetencias, ni explotar la fuerza de voluntad.
- Slow. Una actitud slow invita a quitarle importancia a cosas que realmente no la tienen, como por ejemplo, el helado del que hablamos.
- Liviandad. Por último, me gusta invitar a practicar la liviandad, esa sensación de que vamos ligeros, sin peso y navegando por un mar en calma.
Equilibrio entre ser y hacer
Este es otro de los puntos que tocamos en el live de Instagram y que me parece importantísimo abordar: buscar el equilibrio entre “hacer” por nuestros objetivos y “ser” lo que ya somos. Y es que muchas veces perdemos el presente por el trabajo y el esfuerzo que hacemos por el futuro, ¿tiene esto sentido? ¡No lo sé!
Mi invitación es que trabajes el amor por lo que ya eres.
Por supuesto que podemos esforzarnos por algo que queremos, pero siempre conviene analizar desde qué lugar vamos a esforzarnos. ¿Queremos trabajar bajo presión? ¿Preferimos fluir con el día a día? ¿Conectamos con el concepto de disciplina? ¿Necesitamos ayuda de un profesional para el cambio de hábitos? ¿Vamos a ofrecernos el espacio para elaborar un plan de acción adecuado para nosotros?
En resumen…
Si tuviera que elegir una frase para que te quedes con ella y trabajes desde allí es mi regla número uno del autocuidado: lo que te cuida por un lado que no te haga daño por otro.
Algo que haces por tu salud física podría estar afectando a tu salud mental, así que consciencia y responsabilidad.
Te invito a ver mi Instagram Live con Gabriela Pocovi, de verdad. Si te interesa empezar a cuidarte o ya estás en ello, encontrarás información muy interesante que puede resultarte de utilidad.