La costumbre de apretar la dentadura sin ningún propósito, llamada bruxismo, escapa a nuestro control. Normalmente las personas que lo sufren no lo saben porque rechinan los dientes mientras duermen y la mayoría lo descubre porque se lo dice otra persona o porque notan que les duele la mandíbula. Lo causan los dientes torcidos, una dentadura incompleta y, sobre todo en nuestros días, la ansiedad o el estrés.
Este hábito puede provocar muchos problemas, desde la rotura de los dientes o la pérdida total de algunas piezas, hasta problemas auditivos o en la mandíbula; en la mayoría de los casos requiere cirugía. Para evitar llegar a este punto, lo ideal es consultar al dentista y hacerse con un protector bucal que prevenga el bruxismo durante la noche.
Otras formas de evitar rechinar los dientes sin control implican un cambio de hábitos. Si durante el día apretamos la dentadura, podemos intentar prevenir hacerlo colocando la lengua entre los dientes. También es importante dejar de comer chicle para aprender que no debemos masticar si no estamos comiendo. Evitar algunos alimentos como el alcohol, las bebidas con cafeína y el chocolate también ayuda.
Dentaduras que escapan a nuestro control
El bruxismo es el hábito de apretar la dentadura inconscientemente. La mayoría de personas no saben que rechinan los dientes, lo cual les puede provocar problemas de salud.
