Desde un punto de vista filosófico, la felicidad reside en encontrar el equilibrio que surge de poder estar bien con uno mismo, disfrutando de los momentos de soledad del mismo modo que disfrutamos de las relaciones sociales junto a los amigos, la pareja o la familia. En esencia, todos debemos apostar por nuestra propia autonomía desde un punto de vista emocional para vivir felices el día a día.
Sin embargo, en ocasiones creamos relaciones afectivas en las que sucede lo contrario: generamos una dependencia emocional y hacemos que nuestra felicidad dependa de otras personas o de lo que éstas hagan o piensen de nosotros. Esto puede suceder tanto con nuestras parejas como con nuestros familiares, como lo demuestran, por ejemplo, los patrones de comportamiento de muchos padres hacia sus hijos, aterrorizados ante la idea de que éstos crezcan y abandonen el nido algún día.
Del mismo modo, también se puede producir una dependencia emocional hacia el trabajo u otras personas de nuestro entorno y que genera los mismos pensamientos negativos y comportamientos que lo haría cualquier tipo de adicción, como el alcoholismo, el tabaquismo o la ludopatía. Al fin y al cabo, toda adicción es una dependencia que limita nuestras vidas, y a través de las cuales volcamos en otra persona o actividad otros vacíos que existen dentro de nosotras mismas. Así es, en lugar de afrontarlos, desviamos nuestra atención hacia otros elementos que nos aportan, en apariencia, una sensación más gratificante.
Causas de la dependencia emocional
La dependencia emocional suele estar alimentada por una gran falta de autoestima e inseguridades personales que alimentan la desconfianza, el miedo y la incertidumbre. A causa de todo ello, se despierta en nosotros una necesidad de buscar seguridad y control en lo que nos rodea, ya sean otras personas u otras actividades que consideramos que aportan estabilidad a nuestras vidas.
Sin embargo, esta sensación de dependencia que nos genera un bienestar aparente, esconde en realidad un nivel de sufrimiento sumamente alto, ya que quien la padece llega a pensar que es incapaz de vivir sin esa otra persona o actividad.
Claves para superar la dependencia emocional
Para conseguir salir de ella a tiempo, estas son 6 claves que te pueden ayudar a gestionar y combatir la dependencia emocional:
- Invierte en tu desarrollo personal.
- Céntrate más en ti misma.
- Deja atrás el pasado.
- Afianza tus valores.
- Asume la responsabilidad de tus emociones.
- Aprende a estar bien contigo misma.