Es bien sabido que practicar deporte moderadamente aporta un gran número de beneficios: regula la presión arterial, ayuda a mantener una buena densidad ósea y mejora el tono muscular. Además, al practicarlo liberamos serotonina, la llamada hormona de la felicidad, mejorando nuestro estado de ánimo. En definitiva, el deporte “es una gran herramienta para fortalecer nuestra autoestima y para crecer física y emocionalmente”. Lo explica Sara Carmona, profesional del mundo de la actividad física y la salud y autora del libro ‘¡Arriba! El reto eres tú’.
Su lema ‘¡Arriba!’ es el que la acompaña día a día en todos los aspectos de su vida, y sobre todo en los retos. Se trata de una palabra que inspira energía, positividad, movimiento y voluntad, es decir, aquello que necesitamos para lograr los objetivos y metas que nos permiten evolucionar. “’¡Arriba!’ significa no rendirse, y no rendirse es una constante en este libro”, escribe la autora, que pretende que todos los lectores puedan visualizar el deporte como parte de un cambio parar lograr un objetivo, una meta o una marca concreta. Si desglosamos letra por letra el significado que Carmona le da a esa palabra, nos quedamos con la A de actividad, la R de riqueza, R de respeto hacia uno mismo, I de invencible, B de bienestar y A de amor.
Toda una invitación a generar cambios mediante el deporte y atreverse a romper las barreras de una vida que quizás no nos satisface al cien por cien, a modificar el rumbo de nuestro camino mediante sueños, metas y retos. En este sentido, la autora asegura que “el deporte nos puede aportar elementos que nos permitan alcanzar metas cada vez más altas de realización y paz interior”. Y es que, aunque existan pensamientos que en ocasiones puedan bloquearnos y nos impidan evolucionar, es importante marcarse pequeños retos que nos permitan seguir creciendo paso a paso, querernos y conseguir la vida plena y feliz que tanto ansiamos.
Plantearse un nuevo reto
Una vez comprendida la importancia de trabajar con estos objetivos, hay que tener en cuenta que deben ser realistas. Y no, realista no es sinónimo de fácil, puesto que “si no tuviese un punto de superación o dificultad, dejaría de tener interés”, señala la autora. Un objetivo realista es aquel que se puede cumplir con esfuerzo, dedicación y disciplina.
El reto que escojamos debe encender nuestro motor vital, hacernos sentir vivos y motivados durante el proceso, para disfrutar del camino y de las distintas etapas que debemos superar antes de lograrlo. La confianza es clave: “solo debes confiar en ti. La confianza en uno mismo es la base de cualquier éxito y la mejor herramienta para provocar el cambio y mejorar nuestro bienestar”, asegura Carmona. La consecución del reto, a fin de cuentas, es lo de menos: lo importante no es la meta, sino el camino que recorres. “El auténtico logro, el regalo, es la suma de todos los momentos vividos”.
Completar una maratón, hacer un triatlón o subir una montaña que creíamos imposible. Lo cierto es que los retos siempre nos aportan primeras veces, por lo que llevan intrínseco un gran aprendizaje. Aun así, es importante elegir bien el reto que vayamos a seguir, puesto que tenemos que sentirnos motivados al empezar el proceso. De la mano de la autora, estas son algunas pautas para escoger un reto que nos lleva hasta el camino de la felicidad plena: