Cuando alguien te dice eso de «¿por qué te agobias tanto?» te preguntas por qué esa persona, en vez de recriminarte en cierto modo tu actitud, no se pone un poco más en tu piel. Pero la cuestión sigue sobre la mesa: ¿por qué te agobias tanto? Porque tienes que cumplir agendas imposibles, porque tus compromisos personales en ocasiones te desbordan y porque, en definitiva, parece que el día se pasa sin que apenas hayas prestado a atención a tu respiración.
Tal vez haya llegado el momento de implementar el mindfulness en tu vida. Pero tal vez no eres una persona muy fan del yoga, ni tampoco te guste mucho lo de colorear mandalas, pero esto son solo dos ejemplos de ejercicios basados en focalizar tu atención en una cosa en concreto. Y eso es precisamente el mindfulness. De hecho, pelar una patata es mindfulness, si te gusta cocinar. Si eres una persona religiosa, rezando practicas mindfulness. Y si no puedes vivir sin música, en un karaoke haces mindfulness.
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