Todo el mundo experimenta la tristeza: es una reacción natural a las circunstancias adversas o a la pérdida. Pero no todo el mundo pasa por una depresión, y mucho menos por una depresión clínica. Y, lo que es más importante, las personas deprimidas están tristes, pero puede que no sepan por qué, mientras que las personas que sienten tristeza sí lo saben.
Solamente se puede diagnosticar depresión a personas que estén tristes durante al menos dos semanas de forma continuada y si han sufrido un cambio repentino en su estado de ánimo. Una persona deprimida está triste casi todos los días durante la mayor parte del tiempo, y puede que manifieste síntomas como insomnio, fatiga, lentitud de respuesta, sentimientos de culpa constantes, falta de concentración, falta repentina de interés o cambios bruscos de peso.
La tristeza puede darse dentro de una depresión, pero no tiene por qué. Les ocurre cada día a muchísimas personas estables que se enfrentan a situaciones dolorosas como decepciones, rechazos o pérdidas. Se trata de un sentimiento que no supone un obstáculo para seguir adelante con normalidad con la vida ni nos convierte en una carga para los demás, ya que es transitorio.
Estar triste no es estar deprimido
Todas las personas deprimidas están tristes, pero no todas las personas que están tristes sufren depresión. Además, la tristeza no altera nuestra vida, pero la depresión sí.
