1. Tener un comportamiento tranquilo y dulce cuando en realidad se siente enfado o resentimiento. Esto hace que las personas que nos rodean no entiendan qué ocurre y, por lo tanto, no sepan qué hacer para mejorar la situación.
2. Decir "sí" cuando queremos decir "no" y luego hacer las cosas de mala gana. Esto significa que se es incapaz de decir lo que se piensa y, por lo tanto, hace difícil que los demás entiendan lo que pasa por nuestra cabeza. Por ejemplo: acceder a llevar a alguien en coche aunque no se desee hacerlo y luego ser desagradable durante el trayecto.
3. Quejarse de que los demás nos tratan injustamente en lugar de hablar con ellos y decirles lo que pensamos. La consecuencia es que nos colocamos en el papel de víctima en lugar del de alguien con capacidad por moldear su propia vida.
4. Comprometerse y luego no cumplir. Dejar de hacer un favor que habíamos prometido hacer, llegar tarde sistemáticamente, no terminar de hacer las cosas? Son formas veladas y confusas de decir que no. Por ejemplo: comprometerse a poner una lavadora y luego hacerlo sin poner la ropa a secar.
5. Responder con silencio. Considerar que alguien que nos pide explicaciones acerca de nuestro comportamiento no merece nuestras palabras es una forma velada de no afrontar el conflicto.
¿Estás siendo pasiva-agresiva?
Un comportamiento pasivo agresivo consiste en ser desconsiderado con los demás sin explicar los motivos. Denota una mala gestión de los conflictos, aleja a la gente de nosotros y se identifica con varios signos.
