Hoy en día, prácticamente todos nosotros llevamos encima un móvil con cámara integrada. Es difícil encontrar a alguien que no se haya dejado conquistar por los últimos smartphones, que permiten hacer fotografías de altísima calidad en solo un click.
Y es que, ¿quién quiere renunciar a la posibilidad de tomar fotos de lo que queramos cuando queramos? Y especialmente hoy en día, que vivimos en una “sociedad de la imagen” en la que la fotografía juega un papel fundamental tanto en nuestras redes sociales como en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos.
Es bien sabido que son muchos los beneficios de la fotografía. Más allá de lo estético, la fotografía puede adquirir una función de herramienta terapéutica que puede mejorar nuestra salud, bienestar y crecimiento personal mediante el uso o creación de imágenes.
La fotografía puede ser terapéutica
Cada día se suben y comparten millones de fotografías en las redes sociales con el simple objetivo de mostrarnos hacia el mundo o enseñar lo que nos gusta, lo que nos inspira y lo que queremos transmitir a nuestros contactos (o al mundo entero).
En su carácter terapéutico, la fotografía nos permite abrirnos a nuestro mundo interior como herramienta de autoconocimiento y desarrollo personal, permitiéndonos encontrar nuevas formas de explorar, descubrir y expresar.
Y es que, si lo analizamos detenidamente, nuestro pensamiento se sustenta en imágenes que pueden transportarnos a niveles más profundos que las palabras, favoreciendo la comunicación con nosotros mismos y con el exterior.
Herramienta accesible e inmediata
Todos estos beneficios pueden lograrse de una manera casi inmediata gracias a los dispositivos con los que contamos actualmente. Según Marta Vázquez, coach transpersonal, creadora de 'Marcando el Norte' y fotógrafa especializada en fotografía terapéutica, “la fotografía se ha convertido en una herramienta accesible e inmediata. Accesible porque en nuestros móviles tenemos una cámara perfectamente válida para iniciar un proceso de autodescubrimiento o terapéutico, e inmediata porque podemos ver en la pantalla el resultado un instante después de haber hecho click”.
En definitiva, tanto el acto de fotografiar como el de visionar las fotografías pueden ser terapéuticos, sean obra nuestra o de otros. Son muchos los beneficios de esta disciplina, y estos son los siete principales:
