En un mundo cada vez más globalizado por los grandes avances tecnológicos, el ser humano tiene la necesidad de comunicarse y expresarse cada vez con mayor rapidez. Cuando no dominamos un idioma, los recursos que solemos emplear para entendernos con los demás son las señas y los signos, además de las expresiones insólitas de algunas personas y turistas. Dichas expresiones faciales o corporales nos dan información en forma de lenguaje corporal, expresada en forma de conducta emocional. Dichas expresiones, como la felicidad, el enfado o la ira, son emociones que se mantienen estables y tienen las mismas características tanto en culturas orientales, occidentales como en las aborígenes de América del Sur y África Central.
Con solo poner alguno de nuestros sentidos podemos saber si una persona acaba de meter la pierna en un charco o acaba de ganar la lotería, aunque no hablemos su idioma, ¿verdad? Eso ocurre porque las emociones son una forma de poder entender a los demás, de empatizar, se trata de un lenguaje universal, innato y evolutivo.
Por otro lado, los reclutadores de las empresas tienen una gran preferencia por la contratación de personas con aptitudes emocionales como la atención al público, la resolución de conflictos, la capacidad para tolerar el estrés, de organizarse o bien de socializar. Seguro que estas son características y requisitos que has leído en alguna oferta de trabajo en la que te has interesado y a la que te has inscrito. Pero puede que no hayas puesto mucha atención en desarrollar esas habilidades.
Te puede sacar de una situación difícil en una situación familiar, laboral o académica
Si estamos enfadados o enfadadas con nuestro o nuestra cónyuge, hermano, cuñado o similar, tenemos un mal día en el trabajo, tenemos una exposición muy importante que hacer o tenemos un examen muy importante, tener herramientas para la gestión emocional nos puede sacar de más de un lío. No es lo mismo que una pareja discuta tres horas y acaben exhaustos sin llegar a ninguna conclusión o estar frustrado por no tener las tareas a tiempo, que analizar las demandas emocionales de cada miembro de la relación o bien establecer pequeños objetivos para la realización de tareas en el caso del otro ejemplo.
Te ayuda a vivir más tranquilo y a entenderte un poco más
Uno de los pilares de la inteligencia emocional es pues el autoconocimiento. Tener un proceso de conciencia plena de tu pasado, presente y una proyección de tu futuro te puede ayudar a definir quién eres realmente. Los procesos de autoconocimiento son muy beneficiosos para el bienestar general y la salud mental, concretamente la autoestima y el autoconcepto, dos conceptos que tendrás que trabajar si quieres ahondar más en este aspecto.

¿Por qué gestionar las emociones correctamente?
Aprender a gestionar correctamente las emociones te ayudará en tu desarrollo personal y profesional, además de mejorar la calidad de tus relaciones personales. Cuando mejoramos un área de nuestra vida, de normal, suelen mejorar otras áreas. Por ejemplo, si nuestro jefe nos sube el sueldo, esto repercute en un mejor ambiente familiar, una mejor relación con la pareja o menos estrés económico, entre otras mejoras. Es decir, en un aumento de nuestro bienestar emocional y psicológico.
Podrías pensar, y muy acertadamente, querido lector, “vale, pero, ¿qué pasa si no me suben el sueldo y llevo años así o incluso corro el riesgo de despido o no encuentro empleo desde hace años?” No hace falta que te lo diga, te lo puedes imaginar. Entonces, ¿qué puede hacer la gestión emocional por ti en estos casos? Todo y a la vez nada, puede ser tu gran aliado o tu gran enemigo, todo dependerá de cómo sepas gestionar las emociones y ahí radica la importancia de todo esto.
Cuando nos encontramos en un momento de frustración, tristeza, soledad o gestionamos una situación que nos sobrepasa como ser humano, la tendencia biológica suele ser la de escapar de la situación o enfrentarse a ella, y según cuáles sean las estrategias que tengas o decidas poner en marcha, obtendrás un resultado u otro.
Tips para aumentar el autocontrol emocional y conseguir así y un mejor estado emocional
- Automotivate: ponte objetivos pequeños a corto, medio y largo plazo, que sean alcanzables y además que se puedan medir. Esto te va a permitir tener más seguridad y motivarte en tus tareas diarias y, con el tiempo, verás como obtienes resultados.
- Practica la conciencia plena: deja la mente en blanco y olvida todos los problemas y pensamientos negativos durante tiempos cortos a lo largo del día, siente cómo está tu cuerpo, cómo se siente y lo que necesita, identifica tus emociones y escúchate a ti mismo, esto te dará una sensación de autocontrol personal y sensación de bienestar.
- Realiza ejercicios de respiración: son muy útiles para aliviar los estados de ansiedad y estrés tanto puntuales como prolongados. Echa un vistazo a la respiración diafragmática y al control de la respiración. Si haces una búsqueda rápida encontrarás miles de recursos en formato de vídeo o áudio con los que puedes apoyarte a la hora de realizar las respiraciones.
- Apóyate y déjate guiar por especialistas formados por instituciones educativas certificadas y acreditadas por el Marco Normativo Europeo y profesionales cualificados con su número de colegiado, o bien por los expertos de salud mental del sistema sanitario público.
- Por último, y lo más importante: quiérete más y sé más autocompasivo y menos autoexigente contigo mismo.
Si te interesa lo que has leído y quieres profundizar, apúntate al taller online que realizaré el próximo miércoles, 2 de febrero, desde la plataforma de psicología y nutrición Dime Bienestar. Bajo el título "Desarrollo de la inteligencia emocional desde 0", te daré las nociones básicas de la inteligencia emocional, así como las herramientas básicas que todo buen ser emocional tiene que tener para desarrollar un estado de bienestar mental.
