La inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo teniendo en cuenta sentimientos, emociones y habilidades como la autoconciencia, la empatía, la agilidad mental o el control de nuestros impulsos. Aquellos que cuentan con mayor inteligencia emocional suelen tener más posibilidades de sentirse más satisfechas y mostrarse más eficaces en la vida.
En el contexto laboral, la importancia de desarrollar este tipo de inteligencia es cada vez más acuciante. La capacidad de adaptación a los cambios o de trabajar en equipo, por ejemplo, son habilidades que las empresas tienen muy en cuenta. Por ello, recientemente están surgiendo estudios orientados precisamente a adquirir estas destrezas y saber aplicarlas de forma eficiente en el ámbito laboral.
Es el caso del Instituto Psicobiológico, uno de los centros formativos que lleva 15 años especializándose en el ámbito de la gestión emocional de nuestro país, y que por cuarto año consecutivo ha puesto en marcha su Máster de ‘Inteligencia Emocional: estudio científico desde la Psicología, la Neurociencia, la Salud y Soft Skills’. Un estudio orientado al área de las relaciones intrapersonales e interpersonales que permita desarrollar estrategias o recursos de intervención para incrementar la capacidad de contemplar la realidad en términos de todo lo que la componen, como la captación de los diferentes puntos de vista, desarrollo de la empatía apropiada, gestión de las emociones, resolución de conflictos, estrategias de negociación.
Mercedes García, doctora Cum Laude por la Universidad Complutense de Madrid en el programa de Psicobiología de la Facultad de Psicología y directora del Instituto Psicobiológico forma parte del equipo de investigación UCM de Psicobiología Social, Evolutiva y Comparada. Su principal línea de trabajo se centra en el estudio de la relación entre la personalidad, el bienestar y la salud. Aprovechando la presentación de esta nueva edición del máster en inteligencia emocional, tuvimos la oportunidad de entrevistarla y responder a algunas de nuestras dudas sobre cómo puede ésta influir en la trayectoria profesional de las personas.
Dentro del marco de la inteligencia emocional, ¿cuáles son las capacidades y actitudes más valoradas para un trabajador?
Los departamentos de Recursos Humanos de las organizaciones y empresas que quieren conformar sus plantillas de forma más optimizada, actualmente valoran mucho las habilidades sociales y emocionales del candidato, especialmente en destrezas como la responsabilidad, el trabajo en equipo-cooperación, la sociabilidad, resistencia al estrés o la empatía.
Estas destrezas son claves no sólo para optimizar el rendimiento intelectual, físico y psíquico del profesional, sino también para mejorar la actitud, superar episodios de falta de autoestima, frustración o estrés.
Dentro del ámbito de las corporaciones y empresas, para que exista una optimización de las interacciones personales que promuevan una inteligente productividad que sea beneficiosa para todos (más prosocial), es necesario contar con individuos que dispongan de adecuadas habilidades en el marco de la inteligencia emocional y social.
¿El Máster en Inteligencia emocional está orientado a desarrollar un perfil específico dentro del ámbito corporativo?
Una de las finalidades importantes de nuestra formación en entrenamiento en Inteligencia emocional para el ámbito corporativo es promover relaciones más satisfactorias con la finalidad de evitar determinados conflictos que surgen en el ámbito de las relaciones humanas, ya que éstos, y como es fácil comprobar, son generadores de altos niveles de insatisfacción, estrés y un condicionante importante de la productividad laboral y dinámica empresarial.
¿Qué factores sociales o económicos han llevado a que, hoy en día, la inteligencia emocional sea cada vez más valorada por las empresas?
El conflicto es consustancial a la naturaleza humana, manifestándose en los diferentes ámbitos de la vida (familia, amigos, trabajo). Dentro del ámbito de las empresas, es normal que las propias dinámicas organizativas, las diferentes personalidades de los sujetos que las integran, intereses personales implicados, etc., sean generadores de desacuerdos y conflictos.
Y es aquí donde la inteligencia emocional cobra una gran relevancia, ya que en función de cómo se elaboren y se modulen dichos conflictos, la dinámica organizativa se verá afectada favorablemente o conflictivamente, y ello redundará en la productividad.
Problemas como la insatisfacción generalizada por el ámbito laboral, el estrés, la depresión o el síndrome del ‘burnout’ son muy frecuentes en la sociedad actual. ¿Cuáles son otras consecuencias de esta insatisfacción generalizada, y cómo se pueden paliar?
A la hora de abordar la insatisfacción “generalizada” a nivel laboral, o a otros niveles, es muy importante descubrir si el problema está verdaderamente en el propio entorno, dinámica laboral, o bien en el propio sujeto.
Cuando profundizas en las verdaderas causas de determinadas insatisfacciones personales, puedes observar que dicha insatisfacción no siempre está causada por aquello que la persona puede creer y relatar como por ejemplo el entorno laboral, una relación afectiva insatisfactoria, u otra aparente causa.
Determinados conflictos intrapersonales (conflictos que el individuo tiene consigo mismo) que a su vez son generadores de una gran insatisfacción, pueden estar determinados por problemas de autoestima, baja tolerancia a la frustración, deseos incumplidos, emociones muy acentuadas como la envidia, la codicia, la soberbia, etc. Todos estos factores no siempre son conscientes y se proyectan en el entorno laboral, creyendo que el problema está en dicho entorno y en otros muchos casos, por supuesto que la insatisfacción estaría en la dinámica laboral, remuneración económica, reconocimiento laboral, etc.
Por esta razón, es muy importante formarse en inteligencia emocional para poder tener un conocimiento más preciso de las diferentes causas generadoras de conflictos, insatisfacciones o estrés que se producen en el ámbito intrapersonal, interpersonal o intragrupal, y este entrenamiento en la gestión de las emociones, en inteligencia emocional, en educación emocional y en valores, sería la mejor forma de paliar posibles consecuencias añadidas, que podrían derivar en infelicidad e insatisfacción con la vida.
¿Es la inteligencia emocional un factor condicionante en ese carácter emprendedor tan buscado en nuestros días? ¿Puede la mejora de la inteligencia emocional aumentar las posibilidades de éxito en lo laboral?
Existen diferentes factores que determinan el carácter emprendedor, pudiendo variar de un sujeto a otro.
Algunos de estos factores pueden ser, por ejemplo, algunos rasgos de personalidad, entornos favorables, refuerzos recibidos por el individuo y que hayan podido estructurar una adecuada autoestima, etc. Y, por supuesto, un buen manejo de la inteligencia emocional.
Y es, en relación a esta última, donde las posibilidades de éxito laboral y en las relaciones interpersonales e intragrupales juega un factor muy importante.
¿Cuáles vendrían a ser las características de un individuo/a emocionalmente inteligente, y cuáles son los rasgos que las empresas valoran más?
Los departamentos de Recursos Humanos de las organizaciones y empresas valoran destrezas como la responsabilidad, el trabajo en equipo-cooperación, la sociabilidad, resistencia al estrés o la empatía, el respeto, la resolución de problemas o conflictos, la capacidad de liderazgo o las habilidades comunicativas, y en general buscan personas resolutivas, preparadas para vivir en un entorno constante de cambio, y con un nivel muy alto de empatía e inteligencia emocional y social.
¿Cómo pueden los conocimientos en este ámbito favorecer al sector empresarial?
Dado que actualmente hay mucho estrés laboral, ansiedad, depresión o relaciones insatisfactorias, el hecho de que los empleados estén formados en conocimientos adecuados y rigurosos en inteligencia emocional les hará mejorar su bienestar emocional, sentirse más a gusto, tener mejores relaciones con los compañeros etc., de manera que puede ayudar mucho al sector empresarial a diferentes niveles y sin duda redundará en su productividad corporativa.
¿En qué se basa la visión multidisciplinar y transversal del Máster?
Conocernos desde una perspectiva más amplia y completa, como es la multidisciplinar y transversal, nos permitirá tomar conciencia de cómo una correcta gestión emocional puede llevarnos a una evaluación de sus implicaciones en relación con la conducta, las actitudes y los estilos de vida y de su impacto sobre la felicidad y la salud, y por supuesto de los que nos rodean.
Desde hace años que seguimos con nuestra propuesta formativa en el Instituto Psicobiológico, y siempre tuvimos claro que queríamos ofrecer una formación completa con un claro estilo propio, con un docencia excepcional de la mano de catedráticos y doctores de prestigio nacional e internacional, y siempre apostando por una perspectiva multidisciplinar y transversal, con la inteligencia emocional, la educación emocional y en valores como eje central, pero integrando, desde el mayor rigor científico, disciplinas desde la neurociencia, la psicología y la salud. Todo ello, complementado con las investigaciones más recientes y otras aproximaciones emergentes más centradas en lo mental y lo trascendental de la naturaleza humana.
¿Tienen pensado ampliar, desde el marco formativo del Máster, el alcance de este tipo de enseñanzas a otros contextos, como asignaturas que se integren en otras carreras, cursos impartidos por empresas, u otro tipo de actividades formativas?
El Instituto Psicobiológico tiene las puertas abiertas a todas aquellas empresas o entidades que quieran formar a sus empleados.
Nuestros alumnos son multidisciplinares y actualmente se están matriculando bastantes docentes, lo cual nos parece muy interesante, pues sabemos que este aporte será muy importante para la educación de los niños y de los adolescentes.
La formación es multidisciplinar y transversal de manera que podrá ser aplicada por el alumno a diferentes contextos, bien al área educativa, sanitaria, social, corporativa, etc.