¿Tiendes a cometer erratas tras redactar un texto y a no detectarlas?
Muchos te podrán decir que "no estabas concentrada" pero están equivocados: tu esfuerzo de abstracción para transmitir un mensaje ha hecho que tu mente lo priorice; tal vez, si a la primera hubieras estado pendiente en no equivocarte, no habrías podido centrarte igual de bien en configurar la idea. Por este motivo, es necesario contar con otra persona que corrija el texto. De este modo, se genera un ciclo positivo de aptitudes complementarias, es decir, una sinergia. A partir de este ejemplo tan sencillo se explican varias teorías que, si ponemos en práctica en nuestro día a día, nos ayudarán a mejorar tanto si trabajamos en equipo como si estamos buscando "qué es lo que realmente nos motiva", como nos apunta Raquel Rodríguez, psicóloga, psicopedagoga y coach del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP).
- Tenemos una capacidad de atención limitada: Tal y como plantea la ley de Miller, formulada en 1956, no podemos estar concentrados al mismo tiempo en todo lo que sucede a nuestro alrededor.
- Debes centrarte en tus fortalezas: La "fortaleza" es aquello que se te da bien hacer de manera natural y por lo tanto lo que te permite entrar en un estado de "flow" o concentración muy positiva y motivadora, vinculada al bienestar. Christopher Peterson y Martin Seligman plantearon este concepto en 2004.
- No todos somos tan 'auto-críticos': El "locus de control" alude a dónde situamos el agente que genera lo que acontece, y cada persona puede centrarlo más en sí misma o bien decantarlo hacia los demás. Julian B. Rotter y Murly ya apuntaron este concepto en 1965.
¿Te cuesta concentrarte? Toma nota de estas técnicas para conseguirlo