La imagen de un artista bohemio que bebe absenta en una desordenada buhardilla iluminada por una luz ténue no es solamente una de las ideas románticas sobre la creatividad más comunes.
1. Un estudio reciente de la Universidad de Stuttgart (Alemania) concluye que los lugares cerrados y oscuros pueden ayudar a difuminar las distracciones potenciales que hay en una habitación, potenciando que nos centremos en la reflexión y contribuyendo así al pensamiento libre y original. Por otro lado, las habitaciones con techos altos promueven el pensamiento abstracto.
2. Por otro lado, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) revela que el desorden nos puede ayudar a distanciarnos de los convencionalismos, y, por lo tanto, facilitar que se nos ocurran ideas originales y creativas. Ahora bien, una mesa limpia nos puede ayudar a concentrarnos cuando queramos ordenar esas ideas.
3. Las personas que trabajan en cafés saben que un poco de ruido en el ambiente no perjudica los procesos mentales, aunque hay que ir con cuidado de no exponernos a ruidos demasiado estresantes.
4. Otros elementos como beber un poco de alcohol (aclaremos: una copa de vino, no una botella de whisky...) o escribir a mano también pueden ayudarnos a ser más creativos, una práctica recurrente en grandes creadores como Francis Scott Fitzegerald, Quentin Tarantino, o George R. R. Martin, autor de la popular saga Juego de Tronos.
La relación entre el entorno y la creatividad
Algunos estudios concluyen lo que los bohemios ya sabían: en ocasiones el desorden, la luz de la vela y escribir a mano pueden fomentar (y mucho) la creatividad.

La relación entre el entorno y la creatividad