1. Cuídate. Si lo haces bien no implica sacrificio. Cuidarse debe suponer un placer en sí mismo porque te hace sentir bien a diario. Se deben crear rutinas de vida saludables que resulten fáciles de seguir, que impliquen pocas renuncias y aporten muchos beneficios. Si tú no estás bien no puedes ayudar a los demás.
2. Aliméntate bien. Elige opciones que te aporten la energía necesaria para poder con tu día a día. Creo a pies juntillas que hay que comer sano, y que para ello hay que llevar una dieta equilibrada, beneficiosa y apetecible. Para conseguirla hace falta tener una vida organizada. Ni más ni menos. La comida es algo que hay que tomarse en serio.
3. Muévete. Haz deporte en casa, en el gimnasio o al aire libre, pero no dejes de estar en forma con al menos 30 minutos diarios. Tu cuerpo y tu mente lo agradecerán. Suelo ir al gimnasio y me encanta patinar, correr y la bicicleta.
4. Aprende a decir no. Llegar a todo es imposible, así que aprende a rechazar aquello que no sea prioritario, no llegues al límite y te desbordes. Sé consciente de que no se puede satisfacer a todo el mundo, también hay que pensar en el bienestar de una misma.
5. Dedica tiempo de calidad a tu familia. Hay que ver la maternidad como algo bonito, que no se entromete en tu vida, sino que le añade diversión. No hace falta incluir a los niños en todas las dimensiones de tu existencia. Es mejor pasar dos horas dedicadas en exclusiva a ellos cada día.
6. Delega y comparte. Cuida a tu gente, crea equipo, es la única manera de sobrellevarlo todo. Cuantos más retos les plantees a los miembros de tu equipo, más confianza van a coger en sí mismos y mejor te van a responder, con más dedicación, defendiendo con orgullo el proyecto porque lo sentirán también suyo.
7. Las vacaciones son sagradas. Desconecta y haz que sean realmente vacaciones. Pedraza (Segovia) es el lugar donde descanso los fines de semana, me evado y me rodeo de mi gente.
8. Disfruta de cada momento y de cada instante. Hazlo estés donde estés y hagas lo que hagas. Para mí es fundamental canalizar toda la positividad que pueda a través de lo que me rodea, ya sea mi ropa, la decoración de mi casa y de mis eventos o incluso de la presentación de los platos que preparo.
9. Intenta ayudar a los demás con alguna actividad solidaria. Ayudar llena un montón y haciéndolo también te ayudas a ti misma. Yo procuro comprar productos en centros que apoyan la integración laboral de personas con discapacidad. Empecé a hacerlo antes de que naciera mi hijo Roscón, que tiene síndrome de Down, y en los últimos años mi grado de compromiso no ha hecho más que crecer.
10. Llena tu vida de color y rodéate de belleza. Me apasionan los colores. Creo que transmiten alegría, que te suben el ánimo a ti y también a los que se relacionan contigo. Los días que me levanto con el pie izquierdo me visto con todos los colores que pueda, me pongo mis pulseras, mis collares y elijo un bolso divertido. Solo ese gesto ya me ayuda a ver las cosas de otra manera.