Una inhalación tranquila acompañada de una posterior exhalación. Así durante varios minutos hasta que consigas liberarte de las tensiones acumuladas durante el día. Meditar no es un juego, tampoco una meta. Se trata de parar y tomar consciencia de todo lo que nos rodea, trazando un camino marcado por la quietud, donde cada paso cuenta. Siempre teniendo presente que no hay que llegar a ningún sitio, que lo importante es la presencia en ese mismo momento. De lo contrario, solo dejaremos paso a la frustración y la tensión muscular y, justamente, esto es todo lo contrario que predica la meditación.
"¿Qué puedo decirte que te pueda ser útil, excepto que tal vez estás buscando algo con tanta insistencia que consigues no encontrar nada?", escribe sabiamente el poeta alemán Herman Hesse, conocido por libros como 'Siddhartha', 'El lobo estepario' o 'Demian'. Una cita que tiene cabida en el universo de la meditación, donde no podemos fijarnos grandes objetivos ni pretender conseguir un estado de meditación ejemplar desde los primeros días. Solo dejar hacer y probar y probar... hasta que alcances ese estado meditativo en el que la mente se cruza con el silencio.
Una mala postura puede provocarte dolores musculares
Por eso, hoy pondremos algunos ejemplos de cuáles son las mejores posturas para meditar, sobre todo, haciendo hincapié en el cómo hacerlas debido a que una mala postura puede provocarte dolores musculares. Así que, si la única referencia que tienes acerca de la meditación es la conocida imagen de la flor de loto en la que una persona se cruza de piernas y une sus dedos, deberás ser consciente de que no es la única y además, existen otras posturas mucho más fáciles de hacer y que pueden ofrecerte grandes resultados.
Lo notarás enseguida, es decir, sabrás cuando una postura es adecuada por cómo se encuentra la musculatura de tu espalda. Si hay tensión no nos vale. Lo ideal, para comenzar, es encontrar una postura de meditación en la que te sientas cómoda. De hecho, si adoptas una posición que te genere incomodidad, en lugar de ayudarte a concentrarte e ir relajándote poco a poco, esta se convertirá en un elemento distractor y te será muy complicado alcanzar ese estado meditativo.
Lo importante es que mantengas una postura correcta en la espalda, con la columna erguida y los hombros relajados. Puedes ayudarte utilizando un cojín para apoyar las lumbares. Es probable que cuando comiences a meditar te sientas un poco incómodo hasta que te familiarices con tu cuerpo y las posturas. Pero es normal y además forma parte del proceso. Encontrar la postura, tu postura, la que te ayudará a relajarte y que la mente fluya y tu con ella, puede llevar tiempo. Pero, ¡no te desanimes!
Los beneficios de esta práctica son muchos. Por ejemplo, la meditación tonglen, que tiene su origen en el budismo tibetano, apuesta por enfrentarse al sufrimiento a través de inhalaciones y exhalaciones conscientes.
Conoce tu cuerpo, detecta qué posiciones te sientan mejor y no te fuerces. Solo así podrás conseguir un estado de meditación. Te mostramos ahora las mejores posturas para practicar meditación: desde la postura del loto, pasando por la postura virasana o del héroe hasta otras como sentada o de pie. ¿Te animas a esta inhalación y exhalación tranquila?