La meditación se ha convertido, sin lugar a dudas, en una de las grandes tendencias de autocuidado y bienestar del momento. Aunque su práctica se remonta a siglos e incluso milenios de antigüedad, sus beneficios no pasan de moda y siguen siendo tan aplicables a la vida moderna como lo eran en las vidas de nuestros ancestros.
Hoy en día, la meditación forma parte indispensable de la rutina de relajación de muchas personas, o bien sigue siendo uno de los propósitos más deseados que acumulamos en nuestra lista de cosas pendientes para aprender o para integrar como hábito, porque somos conscientes de hasta cuánto puede ayudarnos a vivir más lentamente, con más serenidad y con más paz interior.
La meditación alivia la ansiedad y el estrés y nos ayuda a cultivar una actitud mucho más resiliente y ecuánime
Y es que la ciencia también ha demostrado que su práctica regular contribuye decididamente a mejorar nuestro bienestar, ayudando a combatir muy eficazmente la ansiedad y el estrés, el miedo, la inseguridad o cualquier otra emoción o sentimiento negativo que nos acerque al sufrimiento. A cambio, contribuye a fortalecer la ecuanimidad, el desapego, la aceptación y, por consiguiente, a cultivar una actitud mucho más resiliente y sosegada. Por tanto, menos convulsa y reactiva y más pacífica y plácida.
En realidad, podemos practicar en cualquier momento del día y desde cualquier lugar. Pero sí es cierto que existen determinadas posturas más recomendadas que propiciarán una mejor atención hacia el interior. De la misma manera, el entorno que nos rodee también tiene una importancia crucial y puede ser el punto de inflexión que nos permita lograr una meditación más profunda y silenciosa o más superficial. Por eso, es bueno preparar un espacio acondicionado en el que podamos acudir para meditar y que nos transmita la máxima calma y sosiego.
Estos son algunos de nuestros materiales favoritos para hacer más cómoda la meditación: