1. Ante todo, información fiable
El avión es el medio de transporte más seguro, mucho más que el coche si atendemos a los datos de siniestralidad. Además, aún en el caso de sufrir un accidente, en el 90% de los casos hay supervivientes.
2. A quien madruga
La mejor hora para volar es la mañana, las personas nerviosas se evitan así pasarse el día acumulando nervios. Otra estrategia que funciona es avanzarse con los preparativos y tener la maleta lista 24 horas antes de despegar. La ansiedad que supone tenerlo todo listo no nos conviene en las horas previas al vuelo. Si podemos, siempre es mejor volar acompañados.
3. Inspira e espira
Respira profundamente y sin prisas. Oxigénate bien y evita respirar superficialmente. Sobre todo hazlo durante el despegue y el aterrizaje. Las turbulencias suponen incluso para los menos miedosos un momento de tensión, en estos momentos concéntrate, trata de mantener la mente en blanco y no dejes de respirar conscientemente.
4. Evita los estimulantes como café o tabaco
Ya que solo harán que tus nervios y miedos se agudicen. Tampoco deberías tomar tranquilizantes por tu cuenta pero una opción interesante es comentárselo a tu médico de cabecera. Comer y beber en exceso tampoco es una buena idea.
5. Azafatas salvadoras
Están entrenadas/os para detectar a los pasajeros que peor lo pasan cuando suben al avión. Si estás en un asiento de ventanillo podrán cederte un asiento de pasillo donde podrás reducir la ansiedad y además se encargaran de tranquilizarte.