No es una cuestión de masoquismo. Es más bien una manera de dar salida a esa tristeza que estamos experimentando. Escuchar música triste nos genera sentimientos positivos ?en concreto tranquilidad? cuando estamos pasando por una ruptura o sencillamente, estamos tristes. Así lo remarcó un estudio publicado en la revista PLoS One, que también descubrieron que los oyentes también experimentaban más empatía porque se sentían conectados con el artista. ¿Y si nos da por llorar? Que no cunda el pánico, es aún mejor. Otro estudio reciente sugiere que un buen llanto aumenta nuestro estado de ánimo. Para los expertos, el apego y la repetición de esa canción son claves. La parte negativa de escuchar el Hello de Adele hasta sabérsela de memoria es el curioso impulso que puede generar. Según una encuesta realizada a 41.000 personas sin pareja en Reino Unido ?por el portal de citas Whatsyourprice.com? el 64% de mujeres siente el deseo de llamar a su ex pareja para tratar de volver. Piénsatelo antes de seleccionar tantas veces la tecla de repetición: solo un 17% de ellos siente ese impulso.
¿Por qué disfrutamos (y lloramos) con Adele?
La razón no es solo su voz: cuando tenemos un bajón emocional nos genera paz escuchar baladas. Lo malo, que podemos acabar llamando a nuestro ex.

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