Cualquier excusa es buena para anular la consulta. Ansiedad, sudores fríos, temblores? Más del 15% de la población sufre odontofobia o, lo que es lo mismo, pánico al dentista. De hecho, según el Libro Blanco sobre la Salud Bucodental en España, este trastorno es el tercer motivo por el que los españoles no han acudido a este especialista en el último año.
Este miedo no está relacionado solo con el médico. Desde el olor de la consulta, a la sala de espera, el ruido de los instrumentos, las agujas o las extracciones. Cualquier elemento recuerda al paciente antiguas experiencias negativas, la principal causa del trastorno, y le paraliza de manera irracional.
A pesar de todo, la consulta del dentista ha cambiado mucho en los últimos años, lo que ha provocado que los más pequeños sean ahora los mejores pacientes, ya que no han vivido ninguna experiencia desagradable que les genere ese miedo. La tecnología ha permitido reducir el tamaño y el ruido de algunos instrumentos y se han producido muchos avances para evitar dolores.
Para hacer frente a la fobia irracional, los expertos aconsejan convertir la visita al dentista en un hábito y alejarse de eso de "más vale tarde que nunca". Lo mejor es acudir al médico con los primeros síntomas. Conocer algunas técnicas de relajación o terapias naturales, como la aromaterapia, ayudan también a reducir la ansiedad antes de una visita y conseguir dejar atrás el pánico a la bata blanca.
¿Por qué tememos al dentista?
Deberíamos ir como mínimo una vez al año, pero hay quien tiene pánico a acudir o incluso a respirar el olor de la consulta. La odontofobia afecta a más del 15% de la población, pero puede mitigarse.
