Seguro que conoces a alguien que te parece prepotente. Habitualmente, estos son los que más cosas ignoran, puesto que su prepotencia les impide conocer algo acerca de los demás, lo que hacen, sus proyectos, sus aspiraciones, etc. Son aquellos ignorantes por convicción, cuya prepotencia es como una barrera para las nuevas ideas, el aprendizaje, y la apertura de mente. ¿Te suenan? Como decía Baltasar Gracián, "el primer paso de la ignorancia es presumir de saber". Y ya se sabe que el sabio no necesita hablar para demostrar que es sabio.
La prepotencia es el síntoma más claro del complejo de inferioridad
¿De dónde surge la prepotencia?
Los psicólogos aseguran que la prepotencia es el síntoma más claro del complejo de inferioridad, es decir, que si conoces a alguien que cree que no hay nadie mejor que él mismo, está ocultando una inseguridad y un sentirse inferior, tremendos. Una actitud prepotente tiene dos premisas:
- La ignorancia por convicción: Es decir, que quieren ser ignorantes pues no serlo significaría aprender o abrirse a nuevas ideas, y reconocer que no lo saben todo.
- La crítica sin sentido: Suelen criticar a pesar de su desconocimiento, nunca se ponen en el lugar del otro, porque no quieren conocer los detalles ni los porqués. De esa forma, es muy fácil seguir criticando y juzgando a los demás.
Los que tienen esta actitud ignoran que en el mundo hay muchos tipos de personas diferentes entre sí y cada una de ellas, a su vez, es capaz de diferenciarse de sí misma en distintos aspectos.
Ni todos somos iguales, ni debemos serlo. Y tampoco somos siempre de la misma forma. En el cambio está la perfección.
¿Qué pretenden conseguir?
El ignorante es un manipulador que intenta sabotear la autoestima de aquellos a los que no entiende. Y no les entiende porque no les quiere entender, porque tiene demasiado miedo a enfrentarse a la posibilidad de que el mundo sea diferente o mejor de lo que él piensa. "Todo lo que se ignora, se desprecia", decía Antonio Machado. El sabio demuestra que es sabio precisamente porque sabe que no necesita demostrarlo.
Escribí esta frase en uno de mis libros sobre escritura creativa y la subscribo ahora… “Una crítica (del tipo que sea, constructiva o destructiva) siempre es un reflejo de quien la hace.”
Lo peor de todo esto es que el ignorante no nace como tal, (hay que diferenciar entre la persona que ignora y el ignorante) se hace a sí mismo con su forma obtusa de ver el mundo; con la envidia y el desprecio que siente por los que tienen otra forma de mirar y están orgullosos de hacerlo a su manera.
Conclusión: Los que critican, desprestigian, subestiman, etc., se sienten tan inferiores que utilizan esta actitud tóxica como arma. Cuando te topes con un prepotente, no entres en su guerra, porque no es la tuya. Si les sigues el juego, comenzarás un círculo vicioso de descalificaciones que no te llevará a ninguna parte, salvo a sentirte mal contigo mismo y a fastidiarte el día. Haz precisamente lo contrario, corta por lo sano la conversación, y salvaguarda tus sueños y tus proyectos para ti mismo. Así estarán a buen recaudo.