Piensa de forma positiva y serás feliz es la máxima de honor de los que defienden la psicología positiva. Esta corriente ya tiene cabida en el ámbito académico, como en el caso de la Universidad de Harvard.
Ser optimista y mejorar el autoconcepto es un buen –y más que saludable– objetivo, pero no a todo el mundo le resulta asequible conseguirlo a base de repetirse afirmaciones positivas o visualizar situaciones deseadas.
Decirse, a modo de mantra, frases como «eres una persona única y especial» o cualquier otra afirmación positiva puede causar un efecto contrario al que se busca. Así se evidenció en este estudio, conducido por investigadores de las universidades de New Brunswick y Universidad de Waterloo, en Canadá, investigó los efectos de repetirse la afirmación “soy una persona encantadora” en dos grupos de personas: uno con individuos que decían tener una alta autoestima y otros que aseguraban tener un mal autoconcepto.
Decirse cosas bonitas a uno mismo –y creérselas– es una suerte, pero hay muchas más vías para mejorar el estilo de vida y elevar el grado de bienestar. Te detallamos algunas más abajo.
Deja de lado la urgencia
Frena la respuesta a ese WhatsApp o a un correo que posiblemente puede –y debe– esperar. O haz un detox digital. Contestar a las demandas de los demás al momento por encima de tus necesidades te generará estrés y además menoscabará tu autoestima: si respondes al minuto constantemente, denotas que cualquiera tiene más importancia que tú.
Aprende a aceptar
Un día será magnífico, el siguiente una catástrofe y muchos otros se sucederán sin pena ni gloria: este es el sino de la vida y es reconfortante aceptar que así es y será, rebajando la esperanza de que siempre deba producirse un acontecimiento maravilloso. Practicando la aceptación, empiezas a valorar cada detalle y a tomar el control.
Sé flexible y despójate del perfeccionismo
Ser exigente con una misma puede ser una cualidad que te ayude a prosperar en muchos ámbitos de la vida, como puede ser el profesional. El problema es cuando esa exigencia se vuelve casi obsesiva y se busca la perfección de forma indefinida. Esto no solo te hará sentir incompleta y triste, sino que también te hará subestimar a los demás: al ser flexible y aceptarte a ti y a los otros con virtudes y defectos, las relaciones personales van a mejor.
Realiza una actividad que te guste
Baila swing, medita en silencio o cocina: da igual la actividad que elijas, la idea es dedicar un tiempo a algo que te evada, en lo que puedas desarrollar tu atención plena y potenciar tus capacidades.
Practica la meditación “anticulpa”
El sentimiento de culpabilidad es esa especie de macuto que muchos cargan de un lado a otro sin poder soltar. Hay un ejercicio mental que puedes practicar para, paso a paso, irte deshaciendo de esa compañera inútil que es la culpa. Cada vez que la sientas por algo que has dicho o hecho, detéctalo. Examina cuantas veces al día experimentas este sentimiento y analiza si tiene fundamento alguno y debes reparar un error o, si por el contrario, es una rumiación tuya, estás sobreexagerando y debes permitirte vivir sin ese malestar.