Hemos consultado dos libros sobre PNL (Programación Neurolingüística) y esto es lo que explican sobre este modelo de comunicación.
En PNL para dummies (Para Dummies) lo definen así:
La PNL (Programación Neurolíngüística) es el arte y la ciencia de la excelencia personal en cualquier terreno. Es un arte, porque cada uno le puede dar su toque único y personal a lo que esté haciendo. Es una ciencia, porque hay un método y un proceso para descubrir los modelos empleados por individuos sobresalientes en un campo para obtener resultados sobresalientes. Es una actividad exploratoria: la persecución de pautas de excelencia. Llamamos a este proceso modelar.
La PNL no afirma que sea una verdad objetiva; es un modelo, y los modelos son supuestamente útiles. Estos modelos pueden ser enseñados a los demás y tienen un uso creciente en el aprendizaje, la comunicación, el desarrollo personal, el asesoramiento, la negociación, la educación, el disfrute de la vida...
La PNL penetra en muchas ramas del conocimiento. Nadie se molesta en señalar de dónde vienen sus hallazgos, pero se utilizan sin más.
La llamaron Programación Neurolingüística porque:
- Programación: nos programan desde la cuna. Es la forma de organizar nuestras ideas y acciones para producir el resultado deseado. Muchos de nosotros tenemos, desde muy pequeños, un programa para atarnos los zapatos, lavarnos los dientes, manejar los cubiertos, conducir, utilizar un ordenador...
- Neuro: todo comportamiento es el resultado de procesos neurológicos de nuestros sentidos: lo que vemos, oímos, tocamos, gustamos...
- Lingüística: los procesos neurológicos se expresan mediante un doble lenguaje, verbal y corporal, que se manifiesta a dos niveles, consciente e inconsciente. Y que sirve para comunicarnos con los demás.
La PNL no se plantea el porqué de lo que hacemos, sino cómo lo hacemos. Analiza la estructura de la experiencia subjetiva; cómo organizamos lo que vemos, oímos y sentimos.
No es una teoría, sino una práctica: un conjunto de modelos, habilidades y técnicas para pensar y actuar eficazmente. Todo aquello que parece funcionar en algún aspecto, lo aprende y lo asimila. Descubre lo que es útil y funciona haciendo la prueba; o, lo que es más importante, averigua dónde no funciona y lo cambia hasta que funcione. Éste es el espíritu de la PNL. Su propósito es ser útil.
Y en el libro PNL en una semana (Gestión 2000) nos proponen este ejercicio:
1. Piensa en un día en el que fuiste verdaderamente feliz.
2. Fíjate bien en qué cosas ves, oyes, sientes al rememorar tu recuerdo.
3. Si el recuerdo es una imagen, ajusta su calidad de manera que esta sea más grande, nítida, luminosa y la veas desde más cerca. Si se ve a ti mismo, intenta entrar en la imagen para averiguar si hacerlo te hace sentir aún mejor.
4. Intenta registrar sonidos que hubieran podido escucharse entonces en el recuerdo. ¿Aumentan las sensaciones placenteras al subirles el volumen o al ubicarlos por dentro o por fuera de tu cabeza?
5. Pondera los sentimientos o emociones que te embargan. ¿En qué parte del cuerpo las sientes? ¿Acaso tienen color, textura o peso? Al cambiar la ubicación de las emociones o su color, textura y peso, ¿se alteran tales emociones? Ajusta todos estos parámetros de manera que realcen tus emociones. Una vez realizado el ejercicio anterior, no has hecho otra cosa que manipular la calidad y cualidad de las experiencias de tu pasado y, más importante, has visto cómo te es perfectamente posible alterar la estructura de tus recuerdos para disminuir los efectos de las experiencias negativas y revivir e intensificar las jubilosas.
Por supuesto, no todos los recuerdos son buenos. Este segundo ejercicio te indica cómo cambiar la calidad de un recuerdo poco placentero. Al cambiar los atributos del recuerdo negativo, te será posible deshacerte de emociones igualmente negativas que quizá todavía te tengan atrapado. Sigue estos pasos:
1. Piensa en un recuerdo medianamente desagradable. Para realizar este ejercicio, y mientras te haces más ducho en esto de las técnicas de la PNL, piensa en un recuerdo más o menos desagradable. Por favor, deja de lado los recuerdos de peso pesado, como los traumas, para tratarlos en compañía de un terapeuta profesional.
2. Fíjate bien en las imágenes, sonidos y emociones que tal recuerdo suscita.
3. Si tú estás dentro de la imagen, sal de allí para convertirte en un mero observador. Simplemente imagina que te encuentras detrás de una cámara cinematográfica filmándote a ti mismo mientras representas el recuerdo con el que estás trabajando.
4. Cambia cualquier sonido que registres de manera que se suavice o quizás haga que la gente de la imagen hable como Mickey Mouse. Así, si en tu recuerdo surgen sonidos como por ejemplo de sirenas o llantos, te será posible suavizarlos, o si lo que escuchas es a alguien diciendo algo desagradable, bien puedes ponerlo a hablar con la voz tonta con la que hablan en los dibujos animados.
5. Ajusta la calidad de la imagen. Hazla más pequeña, oscura y en blanco y negro; aléjala hasta convertirla en un punto casi invisible. Quizá te apetezca ponerla a plena luz del sol para que entre en combustión. Al dar este paso, estarás deshaciéndote de las garras del recuerdo que te tenía atrapado. Ahora bien, cambiar o alterar un recuerdo no significa que el incidente no haya ocurrido. Sin embargo, significa que tienes la opción de decidir cómo te afecta tal recuerdo hoy por hoy y el impacto que pueda tener en el futuro.
¿Te ha gustado esto de la PNL? Si quieres aprender más no te pierdas el Encuentro LOS SECRETOS DE SER FELIZ con Richard Bandler, el padre de la PNL, y Xavier Pirla el 4 y 5 de junio en Barcelona.