No es la primera vez que nos pasa. El 2017 pasó tan rápido que apenas pudimos saludarle. Todos los años comenzamos con una energía poderosa que nos impulsa a programar actividades, fijar objetivos nuevos, hacer planes, viajes y se nos pasan por la cabeza miles de deseos que, al final, se pierden en el tiempo.
De una manera más o menos marcada, es lo que nos lleva sucediendo toda la vida y ¿por qué? Porque el año pasa rápido, tan rápido que cambia de ser futuro a ser pasado en un abrir y cerrar de ojos. Tan rápido que parece que fue ayer cuando hacíamos los planes para el año pasado y hoy no es más que un recuerdo. Se esfumó. Se disolvió y pasó a formar parte de nuestra mente, ya no está, ya no es real, ya solo nos queda las consecuencias de lo que hicimos, dijimos o dejamos de hacer. Por esto, te ofrecimos una guía (realista) para cumplir tus propósitos de año nuevo.
¿Dónde quedan todos esos propósitos no logrados? En alguna ocasión, ya te hemos contado las claves para lograr tus metas, no obstante, ¿Dónde quedan esos deseos no cumplidos? ¿Se van junto con su año o se quedan con nosotras?
Solemos ser conscientes de que todo cuanto hacemos formará parte de nuestro recuerdo en el futuro y sin embargo no solemos pensar en las consecuencias de futuro que tiene el hecho de no hacer o no decir algo. ¿Has pensado alguna vez que cada acción que llevas a cabo durante el día cambia tu futuro en algún aspecto? Salir un minuto más tarde de tu casa está cambiando sustancialmente tu día, decir un te quiero cambia sustancialmente el día de la otra persona y tu relación con ella en el futuro, incluso leer este artículo puede cambiar tu futuro en algún punto que ni te imaginas.
¿Pero no solemos decir que lo que importa es el presente? ¿Por qué habríamos de preocuparnos tanto por el futuro, si la atención debemos depositarla en el aquí y ahora?
Bien. ¿Has pensado alguna vez cuál es la línea que separa el presente del futuro? ¿O el presente de tu pasado? Ahora mismo te encuentras leyendo este artículo y, pudieras pensar que esta situación es tu presente, ¿no? Pero ¿y qué me dices si te digo que ya es tu pasado? ¡Todos los párrafos leídos hasta el momento ya son tu pasado! Ya perdiste la oportunidad de respirar conscientemente durante esos minutos, ya tomaste tu decisión de invertirlos en leerme y ya no volverán.
Cuando has elegido abrir este texto y ponerte a leer, la lectura formaba parte de tu futuro próximo y ¡ya se está disolviendo en el pasado!
Calma
La toma de consciencia de lo inexistente que es realmente nuestro presente no tiene el objetivo de sumirnos en una inmensa tristeza, al contrario, el hecho de saber que el presente lo es todo y a la vez no es nada, nos puede ayudar a darle la importancia que se merece, restándole la importancia que no colabora.
Ahora que tenemos todo un año por delante podríamos llegar a sentirnos abrumadas. Todas las revistas y en todas las redes sociales se está hablando de fijar nuevos propósitos, de cómo lograr esos objetivos, de cómo convertir este año en Tu Año, además tenemos acumuladas unas energías extrañas de la Navidad (¿has experimentado una Navidad consciente?), estamos en plena cuesta de enero y, para colmo, más de una portada nos recuerda que tenemos unos kilos de más y que vamos a tener que empezar a pensar en la operación bikini.
Aquí y ahora, en este momento, nuestro presente está para que reflexionemos sobre la importancia justa que debemos darle a las cosas y sobre lo consciente que habremos de ser a la hora de fijar objetivos, si queremos que estos nos dejen un recuerdo dulce y no el amargor de las metas que se pierden en el olvido.
Piensa algo. Es posible que el 2017 fuese un año maravilloso para ti, o puede que no; puede que hayas logrado grandes cosas, pero otras muchas se hayan quedado en un veremos, ¡y no pasa nada! Si has pasado por experiencias maravillosas estoy segura de que sabrás transformarlas en motivación y, si han sido experiencias desagradables o golpes duros, sabrás aprender ello y extraer la lección de vida. En cualquier caso, lo pasado, pasado está. Recuerda: todo cuanto ocurre es pasado desde el mismo momento que ocurre. En tus manos está ocuparte de tu eterno presente o anclarte en lo que pudo haber sido y no fue.
Me gustaría que reflexionaras acerca de todo esto que te planteo:
- Tanto las cosas buenas, como las cosas malas que te pasan en la vida son pasado. Lo que no te ha ocurrido, no te ha ocurrido; pero lo que te ha ocurrido, ¡ya te ha ocurrido! ¿No es maravilloso? ¡Ya pasó!
- Tú tienes la opción de ver siempre tu vida como un eterno presente del que ocuparte, no del que preocuparte. No hay nada mejor como tomar las riendas de tu vida y ser responsable de tus decisiones y de tus acciones.
- Recoge datos, aprende y suelta, ¿de qué otra forma si no vamos a lograr avanzar? Tenemos que aprender a soltar el pasado, para ocuparnos de nuestro presente
- ¿Crees que puedes aprovechar esta energía de año nuevo para soltar el pasado y configurar un buen plan de futuro?
Al hilo de estos cuatro aspectos y como tarea complementaria a esta lectura de reflexión, ¡me encantaría invitarte a hacer el siguiente ejercicio! Quizás en este momento no tienes papel y boli, pero ¡seguro que tu ordenador o tu móvil tiene blog de notas! Y, además, es muy rápido.
Resume tu año pasado en dos listas, de tres cosas cada una: en la primera lista escribe tres cosas buenas de tu 2017, puede ser algo bueno que hayas logrado o te haya pasado y, en la segunda lista, escribe tres cosas que consideras negativas, quizás propósitos que no alcanzaste o experiencias que no te han resultado agradables.
Ahora vayamos con la segunda parte: escribe tres cosas que vas a hacer este año por ti. Pueden ser objetivos, metas, actitudes que quieres tener, cosas que quieres hacer, etc.
¿Alguna de estas tres cosas que quieres hacer en 2018 tiene relación con las tres cosas negativas que ha sucedido en 2017? ¿Alguno de tus propósitos busca trabajar esas cosas? ¿No tienen nada que ver en lo absoluto?
¿Qué conclusión podemos sacar?
- Si alguna de las tres cosas que te has propuesto trabajar en 2018 tiene relación o busca trabajar y mejorar alguna de las cosas de tu lista negativa de 2017, ¡no tienes de qué preocuparte! Ya tienes en mente los objetivos y el camino a seguir para poder mejorar esa situación, recuperar el tiempo perdido y lograr sentirte bien con ese aspecto que te ha dejado mal sabor de boca.
- Si tus ideas para este 2018 no tienen nada que ver con las cosas que no te gustaron de 2017, ¡enhorabuena! Dentro de ti has dejado atrás esos aspectos negativos y estás buscando seguir adelante poniendo tu foco en cosas distintas. Aunque tú tengas tu atención puesta en lo que no conseguiste, una parte de ti ya ha soltado esto y está preparando cosas nuevas.
¿Crees que pudiera haber una parte de ti deseosa de ir a por nuevos retos, mientras que otra está anclada en la preocupación por el pasado?
Recuerda: ¡todo es pasado! ¡Este artículo ya forma parte de tu pasado! ¡Y hace tan solo un minuto era un plan de futuro!
La vida está llena de momentos, de planes que salen bien y planes que salen mal. Aprovecha esta energía de año nuevo para reflexionar acerca de cómo absolutamente todo lo que ocurre forma parte de tu pasado en el momento en el que ocurre y cómo tú única opción es atender plenamente tu presente, salir de tu mente, hacer lo que tienes que hacer y simplemente ser tu misma.
¡Aprovecha que todos estamos en la misma situación para observar a tu alrededor! Aprende, recoge ideas, simplifica tu vida y ¡a por el año! Que cuando te quieras dar cuenta ya formará parte de tu pasado.