Me voy a permitir el lujo de escribir en esta columna sobre mí. Sobre mi reinvención, concretamente, que me ha permitido perder el miedo a tantas cosas. Algo de miedo me queda, claro, como a los viejos y buenos marinos de los que Joseph Conrad siempre decía que lo utilizaban como herramienta para estar alerta. Quizás un poco más. Pero mucho menos del que padecí durante medio siglo vivido. Me explico. En breve aparecerá mi nuevo libro Haz lo que temas, sobre la inseguridad (personal, no ciudadana). Se trata de un relato en primera persona en el que descubro, tachán, tachán, mi propia inseguridad. Esa que nadie habría sospechado siquiera y que resulta que me ha acompañado toda la vida.
Como cuento en el propio libro, la idea surge de una conferencia que pronuncié sobre ese tema, pensando que tal vez con mi “confesión” podría ayudar a los demás. Resultó que sí. Además de las miradas cómplices y apasionadas que me devolvieron los atentos espectadores del momento, luego la conferencia tuvo una gran repercusión y recibí infinidad de correos, llamadas y varios, dándome las gracias por esa solidaridad que entendían se desprendía de contar mis miserias en voz alta. Me satisfizo tanto poder ayudar a tantas personas, atrapadas como yo en esa inseguridad inmovilizadora y castrante que decidí plasmar todo aquello, corregido y aumentado, en un libro. Y así lo hice.
Escribí, sin temor al sonrojo, que el exceso de amor me hizo llegar a los 12 años sin saber montar en bicicleta; o que la falta del mismo me llevó a perder por completo la autoestima. Conté sobre mi familia, y sobre mi vida, repasando mis lecturas de cabecera y todo aquello que me había dado fuerzas para continuar y poder sobrevivir a la inseguridad. E incluso desvelé la posibilidad que siempre existe en el horizonte de poder aprovechar los aspectos positivos de la inseguridad, y recogí frases de muchísimas personas ilustres de mi entorno sobre la misma, para que los inseguros, como yo, no se sintieran solos y consiguieran, precisamente, reinventarse. Como no. Reinventar hasta la propia inseguridad y volverla un arma contra la arrogancia y la soberbia. Dejarla reducida a la alerta de Conrad, después de despojarla de su poder de inmovilizar. Y aprovecharla, incluso, como reto, para convertir en realidad los sueños.
Este es mi regalo de septiembre para contribuir al bienestar de las lectoras de la revista. Un regalo que no hubiera estado completo, sin los precisos e inteligentes comentarios en el libro de la psicóloga Paula Martín de Bustamante y que espero que sirva como elemento de reinvención para tantos inseguros, que sufren en silencio esa lacra de la inseguridad que, quienes no padecen, ni siquiera pueden comprender.
- Haz lo que temas (Planeta). Con un poco de pudor, al recomendarlo habiéndolo escrito yo. El poco que me queda, después de haberme “desnudado” tanto para poder escribir este libro tan personal y ayudar a combatir la inseguridad de quienes lo lean. El libro estará a la venta en las librerías de toda España en octubre.
- La línea Hydra Beauty de Chanel, formulada a partir de microburbujas de camelia, ni más ni menos. Hidrata mucho, pero además rellena y alisa, con una textura muy agradable. Deja la piel muy luminosa. Y estar luminosa y sobre todo sentirse luminosa, ayuda a sentirse menos insegura. Doy fe.
