Hoy en día existen multitud de distintos tipos de terapias, lo que es maravilloso, ya que esto abre un amplio abanico de posibilidades para que todo el mundo pueda encontrar la que sea más apropiada para sí mismo.
Una de las terapias más conocidas es la Gestalt, también conocida como psicoterapia gestáltica. El problema es que mucha gente la considera una pseudociencia, ya que se imparte por profesionales que no tienen por qué ser psicólogos y consiste en diferentes técnicas que pueden incluir factores como las constelaciones familiares y los eneagramas.
¿Qué es y para qué sirve la terapia Gestalt?
Fue desarrollada por Fritz Perls, Laura Perls y Paul Goodman entre los años 40 y 50 y, actualmente, se podría describir como una psicoterapia que se centra en el desarrollo personal y en la recuperación de la capacidad de vivir el presente, la espontaneidad y la responsabilidad para ser más feliz.
Su objetivo es que la persona se libere de los bloqueos y asuntos inconclusos que disminuyen la percatación del momento presente, la satisfacción óptima, la autorrealización y el crecimiento.
¿Es peligrosa la terapia Gestalt?
Como decíamos en un principio, una parte del sector de los profesionales de la psicología considera esta terapia una pseudociencia, especialmente si está impartida por personas no profesionales que se han formado en ella mediante cursos para los que no es necesario contar con la formación de psicología.
En el Centro Erain, donde ofrecen este tipo de terapia humanista, afirman que "se centra más en los procesos que en el contenido en sí, dándole importancia a lo que sucede en la actualidad y no a los momentos del pasado", cosa que en algunos casos puede no ser adecuada si se tienen traumas sin resolver.
Por eso, más que "peligrosa" puede ser no adecuada según el tipo de problema que tengas y, sobre todo, si no cuentas con un buen profesional formado en la psicología y en esta materia.

¿Cómo se aplica la terapia Gestalt?
El psicólogo guía al paciente en un proceso de cuatro fases para ayudarle a autodescubrirse y crecer personalmente:
- Aceptación: se toma conciencia de lo que se está viviendo en el presente y se acepta. El sentido de esto es que todos los sentimientos que se guardan acaban produciendo malestar y manifestándose de manera psicosomática.
- Responsabilidad: una vez que la persona acepta sus sentimientos, se hace responsable de ellos sin culpabilizar a los demás de lo que le ocurre. Cuando se consigue esto, la persona es capaz de cambiar y tomar las riendas de su vida, potenciando los recursos con los que cuenta para afrontar las dificultades y situaciones.
- Diálogo: el profesional acompaña en el camino al paciente, es una experiencia donde se co-crea un campo relacional y emocional.
- Acción: la persona desarrolla e interioriza nuevas técnicas para gestionar diferentes situaciones que le crean malestar.
Repetimos que el objetivo no es hablar de los problemas pasados, sino de las dificultades presentes para encontrar la responsabilidad del paciente en ellos, asumiendo los sentimientos que le generan y poniendo en práctica las habilidades necesarias para superar cada situación.
Opiones para la terapia Gestalt
Otro de los motivos por los que se desonfía de este método es que no hay mucha evidencia científica de su efectividad, pero esto no quiere decir que sea peligrosa.
De hecho, a mucha gente puede funcionarle. La bloguera Sofía Navarro, conocida como Nictecilla Reflexiona, nos contaba hace un tiempo su experiencia concretamente con la terapia Gestalt y cómo le había ayudado.
Al final, si una fórmula no escorrecta para ti, por muy buena que sea, no funcionará. De ahí que sea tan importante acudir a un buen profesional que sepa escoger la más adecuada a tu problema y tus características.
¿Quién la imparte?
Dicho todo esto, para que esta terapia sea eficaz, lo importante es que busques a un psicólogo profesional que esté formado en estas técnicas y que, tras una primera reunión para evaluar tu caso, considere que este tipo de procedimientos es adecuado para tus problemas.
De hecho, si llevas años yendo al psicólogo y la terapia no funciona, lo más posible es que el procedimiento o el profesional no sean el más adecuado para ti, por lo que tal vez sea un buen momento para investigar si la terapia Gestalt puede ayudarte.