Seguramente habrás oído hablar de la fatiga pandémica, desde que la OMS le puso nombre al agotamiento y la desgana que muchos estamos sintiendo, algunos profesionales nos hemos lanzado a investigar qué está pasando, por qué y cómo podemos mantener nuestro bienestar en medio de todo esto.
Campos como la psicología y la filosofía tienen mucho que hacer por nosotros en este momento de la historia. Mientras la medicina ha sido crucial desde el principio de todo –no hace falta ni decirlo-, ahora también necesitamos poner el foco en nuestra salud mental.
No es nuevo, no es el tema de moda de este 2021. Muchos supimos ver desde el principio que las consecuencias psicológicas de lo que estábamos viviendo iban a ser desmedidas. Consecuencias para las que muchas personas no se encuentran preparadas y que, además, en muchos casos no van a ser de fácil solución. No es mi intención alarmar o desalentar, sino devolver a nuestra salud mental la importancia que merece.
¿Acaso alguien piensa que este momento histórico va a ser inocuo para la salud mental del personal médico? ¿De los niños? ¿De los ancianos? ¿De las familias que no han podido despedirse de sus seres queridos?
Según vaya pasando el tiempo vamos a ser testigos de cuáles son las consecuencias reales de esta pandemia, no solo en número de contagios y fallecidos, sino también en bajas por depresión, incidencia de depresiones postparto, trauma, estrés, etc. Aprenderemos a reconocer los síntomas porque no nos quedará otra opción, pero ¿hay algo que podamos hacer en este momento?
Recientemente tuve la oportunidad de leer un artículo de Pilar Jericó sobre la fatiga pandémica en la que ofrecía cuatro aspectos fundamentales a cuidar si se quiere revertir sus efectos. Estos eran:
- Priorizar el bienestar
- Autocuidado físico
- Descanso psicológico
- Normalizar lo que sentido.
Y a ello me permito añadir que es fundamental reconocer nuestras necesidades y reaprender a cubrirlas, realizar actividades enfocadas especialmente en reducir o aliviar el estrés, y también poner el foco en nutrir nuestra espiritualidad.
Veamos brevemente cada uno de estos puntos.