Pensar y reflexionar mucho acerca de un tema es normal, sobre todo si tienes que tomar decisiones. Sin embargo, darle vueltas y más vueltas a un asunto, sea cual sea, y entrar en bucle, no lo es tanto. Esto lo hacemos porque, claramente, nos tomamos en serio la idea en cuestión, la analizamos y la examinamos tan profundamente como la vida misma, nuestras relaciones o el trabajo. Pero, ¿hasta qué punto es normal? Incluso, se trata de una buena cualidad, pues significa que somos honestas con nosotras mismas, responsables y que no nos engañamos ni tampoco engañamos a los demás, tan solo nos queremos asegurar de que todo va y está bien a nuestro alrededor.
El problema vendría cuando todo nos lo tomamos demasiado en serio hasta el punto de llevárnoslo al terreno personal y de pasarlo mal por todo. “Me ha hecho este comentario porque no le caigo bien; esa broma que me ha gastado seguro que lo piensa de verdad”, y un largo etcétera. Es decir, a veces, hacemos constantemente suposiciones y nos preocupamos demasiado por cada detalle o comentario. Entonces, ¿se trata de una cuestión de nuestra personalidad? ¿Se pueden cambiar estos hábitos de pensamiento? ¿Cómo podemos dejar de tomarnos las cosas tan en serio?
Una investigación llevada a cabo por y publicada en el National Institutes of Health (NIH), analiza cómo podemos entrenar o controlar los estímulos que nos llevan a preocuparnos en exceso por los efectos ansiosos que nos puede provocar e, incluso, llegar al insomnio. Y lo curioso de este estudio es que, se llegó a la conclusión de que las personas diagnosticadas con trastorno de ansiedad, a menudo, luchan con una especie de preocupación crónica. Preocuparse por cosas que ni siquiera han sucedido o que están fuera de tu control, como la salud, sobre todo por la situación derivada de la Covid-19, y por ello, tu seguridad, la de tus seres queridos o por el futuro en tu trabajo, puede convertirse en una carga muy pesada que puede repercutir en tus relaciones, tu autoestima, tu propio empleo o en otros aspectos de tu vida.
“El secreto de la vida es ver todo, sin tomarse nada en serio, pero estar absolutamente involucrado. Es como un juego”. Sadghuru
De esta forma, y a sabiendas de que la preocupación o el darle vueltas a todo, pensar demasiado o, en definitiva, tomarte las cosas tan en serio te puede llegar a afectar mucho, tanto emocional como mentalmente, te contamos algunas técnicas para reducir las preocupaciones que la psicóloga, escritora del bestseller 13 cosas que las personas mentalmente fuertes no hacen, y terapeuta Amy Morin recomienda: