Vamos tan deprisa que no notamos las señales, eso es normal. Es normal también que, notándolas, no las atendamos, porque para ello toca hacer un espacio, dedicar un tiempo que no tenemos, un dinero que no tenemos y una energía que, adivina, tampoco tenemos. Sin embargo, es necesario que aprendamos a identificar cuando toca parar y ordenar.
Estamos muy acostumbradas a detenernos y hacer balance, en diciembre, por ejemplo. O detenernos y mirarlo todo con perspectiva, en vacaciones, por ejemplo. ¿Pero alguna vez paramos en mitad de la rutina? ¿A mitad de curso? ¿Cuando ya está todo rodando? ¿Abrimos espacios para la conexión con nuestras necesidades cuando no tenemos el tiempo para ello? Es más, ¿sabemos cuándo necesitamos abrir estos espacios?
Señales de que necesitas parar
Cada una de nosotras emite señales muy personales, solo tenemos que fijarnos en lo variados que son, sin ir más lejos, los síntomas del estrés: dolores de cabeza, eccemas, estreñimiento, etc. Cada una de nosotras emite unas señales y solo nosotras podemos entrenarnos para saber leerlas.
Ahora, si tuviera que concretar unas pocas señales, más generales, que suelen repetirse y que son, sin duda, un aviso urgente de que necesitamos parar y poner orden de verdad, serían estas: