Suicidio: 5 ideas para romper el estigma

En mayo entró en funcionamiento un teléfono para prevenir el suicidio, el 024, bajo el lema “Llama a la vida”. El suicidio es la primera causa externa (no natural) de muerte en España: en 2020 se quitaron la vida una media de 11 personas cada día. Si conoces a alguien que quiera suicidarse y quieres ayudar, este artículo es para ti.

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Daniel Vilosa

Periodista

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Morir es natural, pero suicidarse es tabú. Nos cuesta comprender que una persona cercana, a quien queremos y a quien ofreceríamos felicidad y vida plena, desee acabar con todo.

En España se suicidaron en 2020 un total de 3.941 personas, 1.011 mujeres y 2.930 hombres, siendo la tasa de suicidio media (hombres y mujeres) de 8,31 por cada 100.000 habitantes. Estos son los datos que arroja el estudio Mortalidad por suicidio en España, 2020, elaborado por el Ministerio de Sanidad.

Sabemos que se suicidan casi cuatro veces más hombres que mujeres y si dividimos el número total de suicidios por los días que tiene un año (365), obtenemos una cifra espeluznante: cada día se suicidan casi once personas en nuestro país (10,79).

3.941 personas se suicidaron en 2020 en España, unas 11 al día

En lo que muchos ya han denominado la pandemia silenciosa, pero ¿cómo podemos detectar a una persona que quiere suicidarse? ¿Cómo sabemos que, sin decírnoslo directamente, está buscando ayuda? ¿Cómo podemos nosotros mismos levantar la mano, acercarnos y ofrecer un espacio seguro en el que charlar?

En los próximos párrafos queremos explicarte cinco ideas muy importantes que giran en torno al suicidio para resituarnos, empatizar y comprender que podemos ser mucho más útiles de lo que pensamos.

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Sufrimiento insoportable

Toda nuestra conducta se basa en no sufrir: pedimos más anestesia en el dentista ante la más mínima percepción de dolor; evitamos apoyar el pie en el suelo después de un esguince; buscamos maneras de alejarnos de personas manipuladoras; rompemos relaciones de pareja para volver a conectarnos con nuestra verdad; practicamos yoga para sosegar nuestra mente…

Mires por donde lo mires, ordenamos nuestras acciones y establecemos prioridades para alcanzar el **bienestar físico y emocional**. Sin embargo, **la persona que piensa en suicidarse se halla en un estado de sufrimiento agudo, constante e insoportable**, y ninguna de las soluciones propuestas en el párrafo anterior puede ayudar.

Isabel Pascual Arévalo, especialista en ansiedad y suicidio, sentencia: “Cuando el sufrimiento es muy intenso, esas personas **necesitan que pare de alguna manera**. Para salir de esa rueda de dolor insoportable deben desconectar y la única solución posible es el **suicidio**".

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Señales de alerta

Todas las personas que tienen el suicidio en el horizonte dan **señales**. Siempre encontraremos **indicios** de que alguna cosa no va bien. En relación con el suicidio, las personas pueden encontrarse en dos estadios diferenciados:

**Ideación**. La persona en ideación le da vueltas a la idea de quitarse la vida. Piensa cómo hacerlo. Investiga. Entra en foros. Se informa. Busca la opción menos dolorosa. En ideación es más importante que sepamos qué le pasa a esa persona por la cabeza.

**Conducta**. La persona en conducta ya ha pasado a la acción. Ha intentado suicidarse. Ha pasado de pensarlo a hacerlo.

¿Qué tienen en común las personas que se encuentran en estos dos estadios? **La desconexión** que comentábamos al referirnos al sufrimiento insoportable:

Separan el pensamiento de la realidad.

Verbalmente, pronuncian **frases** como: “me gustaría desaparecer” o “no quiero seguir”.

**Visión muy pesimista** de su vida. Lo ven todo muy negro.

Conductualmente **se aíslan** y se enfadan por cualquier cosa.

Alimentan esa **desconexión**: rechazan planes, pero cuando participan y los ves en grupo, están distraídos, ausentes, como si tuvieran la cabeza en otro lado (y realmente la tienen).

El **sufrimiento** tenaz, agudo y constante no es solamente una característica, sino también una señal de alerta.

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Ideación suicida sin enfermedad mental

Tendemos a considerar que el suicidio es el resultado de una **enfermedad mental**, una palabra que en sí misma estigmatiza a quien padece trastornos de la salud mental.

Isabel Pascual prefiere usar el concepto **“sufrimiento psíquico grave”,** ya que no todas las personas que pretenden acabar con su vida se encuentran ante una enfermedad mental: “Algunas personas tienen **niveles de angustia y sufrimiento** muy elevados porque no tienen habilidades emocionales para afrontar la vida. A menudo se suma la **soledad**, que agrava la situación, pero no existe aquello que comúnmente llamamos enfermedad mental”.

En el caso de adolescentes, por ejemplo, la **falta de estrategias de afrontamiento** se agrava porque la realidad aumentada que se vive a esa edad suele cursar con ansiedad, precisamente porque les faltan herramientas para comprender cómo funciona el mundo.

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El intento de suicidio no es una llamada de atención

Si una persona cercana llega a verbalizar en voz alta que quiere quitarse de en medio significa que **esta idea se encuentra en su cabeza**: **no es una llamada de atención.**

Pensemos que ante ese sufrimiento insoportable la persona necesita muchísima fuerza de voluntad y desconectarse completamente para planear su muerte.

No quiere llamar la atención porque ello no resuelve el problema. **Lo que quiere es acabar con su dolor.** Pensar cómo hacerlo genera y alimenta ese sufrimiento constantemente.

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El poder de la visibilización: escucha y sostiene

**Hablar del suicidio es importante.** Una respuesta tan sencilla como “con lo que estás pasando **entiendo que estés pensando en algo así**”, puede resultar **liberador** para esa persona.

En el punto anterior introducíamos la idea de que **pensar en el suicidio genera más sufrimiento**. ¿Cuál es la manera menos dolorosa? ¿Cómo lo hago? ¿Qué materiales necesito? ¿Dónde los compro? ¿Cómo los compro sin que me hagan preguntas incómodas? Quitarse de en medio requiere un tiempo de preparación, o de espera, porque lo que desea esa persona no es matarse, es acabar con el sufrimiento.

“Es una olla a presión. **Escuchar sin juzgar, empatizar y preguntar abiertamente sobre el suicidio es importantísimo**: “¿Lo has pensado alguna vez?”. Decirlo en voz alta permite a esa persona no verlo tan alejado de la realidad y **tomar conciencia de la gravedad** de la situación. Toma conciencia porque pone el sufrimiento fuera: hay algo que me sobrecoge sobre el hecho de hablar de terminar con la vida”, asegura la pasicóloga.

**Hablar abiertamente del suicidio** les ventila. Les disipa la mente. La empatía permite confirmar que no están locos, pero más importante aún: que **no están solos.** Como persona cercana puedes estar **atento a los indicios** que te explicábamos, así como a los síntomas más comunes de la depresión para acompañar a quien esté pasando por esa situación.

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Sobre el autor

Daniel Vilosa

Daniel es periodista especializado en salud y bienestar. Actualmente es el fundador de Agencia Vilo, una agencia de comunicación en Barcelona especializada en el sector de eHealth, en la que un grupo de especialistas en marketing digital y estrategia ofrece soluciones para empresas y start ups que desean impulsar sus organizaciones en el universo digital.

Además de crear Agencia Vilo, desde hace varios años es profesor de Storytelling y Content Marketing de la Toulouse Business School, con sede también en Barcelona, donde imparte clases a alumnos de Bachelor y Master sobre las últimas tendencias en generación de contenidos.

En su amplia trayectoria como periodista freelance ha realizado acciones de comunicación muy diversas, desde la difusión de organizaciones en medios de comunicación, inbound marketing y la redacción de artículos para empresas vinculadas al mundo de la salud. Comparte su know how en Objetivo Bienestar con artículos sobre salud sexual masculina. Puedes leer todos sus artículos aquí.