Cuando se trata de tomar decisiones importantes, debemos tener en cuenta no sólo las consecuencias de nuestras acciones sino también la luz de la habitación donde estamos. Esa es una de las conclusiones de un estudio de la Universidad de Toronto Scarborough y Rotman School of Management, que ha demostrado que las emociones son más intensas si tenemos cerca una luz brillante.
Los investigadores pidieron a los participantes que evaluaran determinadas cosas y personas - desde el picante de un plato hasta la agresividad de un personaje de ficción o el atractivo de un actor - bajo diferentes condiciones de iluminación. El resultado demostró que las luces brillantes intensifican las emociones, de manera que en esas habitaciones los participantes querían la comida más picante y veían a la gente más agresiva y/o atractiva.
El motivo es que la luz brillante tiene un efecto directo en nuestro sistema emocional, en parte porque produce un calor más intenso. Muchas decisiones diarias las hacemos bajo este tipo de luz, por ejemplo dentro de casa o en la oficina. Volver a plantearnos un problema cuando estemos rodeados de luz natural nos puede hacer llegar a otras conclusiones y, tal vez, tomar caminos más racionales.
Tomar decisiones con la luz adecuada
La luz brillante intensifica nuestras reacciones y nos hacen tomar decisiones más abruptas y precipitadas, mientras que la luz natural nos invita a la negociación.
