Seguramente si te hablamos de trastornos psicológicos perinatales no te venga nada a la cabeza a no ser que entiendas del tema, pero si te decimos depresión posparto seguro que sabes a lo que nos referimos.
Aunque no es el único, los trastornos psicológicos perinatales se refieren a los cambios en la salud mental o el estado de ánimo de las madres que han dado a luz recientemente, ya que el término “perinatal” se refiere al periodo desde el embarazo hasta el primer año de vida.
¿Por qué sufrimos trastornos psicológicos perinatales?
Para empezar hay que aclarar que estos problemas son enfermedades médicas reales y pueden afectar a cualquier mujer, independientemente de su edad, raza, ingresos, cultura o educación. No es el resultado de algo que hayan hecho o no.
Respecto a las causas, las investigaciones sugieren que más bien son resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. El estrés de la vida, las exigencias físicas y emocionales de tener hijos y de cuidar a un nuevo bebé, y los cambios hormonales que ocurren durante y después del embarazo pueden contribuir a la aparición de estos trastornos.
Además, las mujeres presentan mayor riesgo de desarrollarlos si tienen antecedentes personales o familiares de depresión o trastorno bipolar, o si han tenido depresión perinatal en un embarazo anterior.

Tipos de trastornos psicológicos perinatales
Aunque el que más se conoce es la depresión posparto, no se trata del único trastorno psicológico perinatal que puede sufrir una mujer:
- Depresión Posparto
Aproximadamente del 6.5 al 12.9% de las mujeres sufren algún grado de depresión después del parto. Los síntomas son muy diversos y pueden incluir sentimientos de enfado, miedo, culpa, falta de interés por el bebé, trastornos del apetito y del sueño, dificultad al concentrarse y en la toma de decisiones, y posibles pensamientos agresivos hacia el bebé o hacia sí misma.
- Trastorno de Pánico Posparto
Esta forma de ansiedad ocurre hasta en el 11% de las madres primerizas. Los síntomas incluyen nerviosismo, ataques de pánico reincidentes (hiperventilación, dolor de pecho, palpitaciones), preocupaciones o miedo.
- Trastorno Obsesivo-Compulsivo Posparto
Este es el trastorno perinatal peor entendido y peor diagnosticado de todos. Se estima que del 3 al 5% de las madres primerizas sufrirán obsesión (pensamientos persistentes o imágenes mentales repetitivas relacionadas o no con el bebé), compulsiones (hacer cosas una y otra vez para reducir el miedo y la obsesión), y un sentimiento de horror acerca de esto mismo. Estas madres saben que sus pensamientos son raros y muy raras veces los ponen en práctica o hablan sobre ellos.
- Trastorno por Estrés Postraumático
Del 1 al 6% de las mujeres experimentan este trastorno después del nacimiento del bebé. Los síntomas típicos incluyen experiencia traumática del parto con una repetición del trauma vivido (a través de sueños, pensamientos, etc.), rechazo de estímulos relacionados con el evento (pensamientos, sentimientos, personas, lugares, detalles del evento, etc.), y un incremento persistente de sensibilidad (irritabilidad, dificultad para dormir, hipervigilancia).
- Trastorno de Psicosis Posparto
Ocurre aproximadamente entre 1 y 4 de cada 1,000 partos. El comienzo es usualmente rápido y los síntomas incluyen delirios, alucinaciones, irritabilidad, hiperactividad, insomnio, cambios de temperamento y toma de decisiones incorrecta. Hay un 10% de infanticidio/suicidio asociado con la psicosis posparto por lo que resulta imperativo tratar este trastorno inmediatamente.

Cómo tratar este tipo de trastornos
Lo más importante es acudir a un psicólogo profesional, ya que cuando no se toman medidas, la depresión puede prolongarse y generar un problema mayor, lo que a la larga no solo afectará a la madre, sino también al niño y a la propia relación de pareja.
Además del tratamiento psicológico, siempre se pueden probar técnicas como el mindfulness, muy beneficioso en el embarazo y postparto. Y por parte del entorno, apoyar mucho a las mujeres que lo sufren, haciéndoles entender que no están solas, que no son culpables ni peores madres por estar sufriendo este problema y que todo pasará.
La crianza de un bebé es un proceso importante y complicado para ambas partes, pero no hay que olvidar que son las mujeres las que pasan por una montaña rusa de cambios hormonales, físicos y emocionales. Por eso es muy importante crear espacios de cuidado y apoyo para las madres en el posparto, ya que de eso depende el futuro éxito de la crianza.