Los bebés pueden llegar a dormir hasta 18 horas al día, mientras que en la senectud, con suerte, se llega a las siete. Hay personas que necesitan más de 10 horas de descanso nocturno para mantenerse activo durante el día y a quien le basta con seis para cargar baterías. Con cifras tan dispares, ¿cómo saber si alguien duerme tan poco que padece insomnio?
Te damos tres claves para entender este trastorno del sueño:
1. ¿Cómo repercute el sueño en tu vida?
Cuando los médicos reciben a un paciente alarmado por las pocas horas de sueño, la pregunta es siempre la misma: ¿Cómo le repercute eso en su vida? Las diferentes necesidades de cada persona impiden que se pueda determinar un número recomendado de horas para dormir.
De hecho, la definición moderna dice que si una persona duerme cuatro horas al día y no se queja ni acude al médico debe entenderse que tiene suficiente. Aunque, es cierto que extremos así son extraños, muy excepcionales. Si la falta de sueño no supone un problema, no conviene alarmarse.
2. Señales de alarma
En el sueño, como en casi todo, lo importante no es la cantidad, sino la calidad. Si duermes pocas horas, pero tu sueño es reparador y no presentas ninguna sintomatología asociada al insomnio, no hay de qué preocuparse.
Fundamentalmente, hay tres elementos que ayudan en el diagnóstico del insomne:
- Somnolencia diurna
- Irritabilidad
- Falta de concentración
Los médicos insisten a través de campañas en la importancia de acudir a las consultas si se sufre un insomnio prolongado. Saben que durante este tiempo, los pacientes optan por todo tipo de remedios, de modo que acaban por cronificar una dolencia que podría ser puntual.
3. Insomnio agudo e insomnio crónico
Los expertos distinguen dos tipos de insomnio en función del tiempo que acumula el paciente con problemas:
Agudo. Se produce en un momento puntual y suele tener un desencadenante. Hay una razón y un acontecimiento que lo precipita (una situación de estrés, la pérdida de un ser querido, etc. ).
Crónico. Hablamos de insomnio crónico cuando se extienden de 10 a 12 meses a tres años. En este caso, quien lo padece puede tener problemas para conciliar el sueño, fragmentación, despertar precoz o sensación de sueño no reparador.
Consejos para evitar el insomnio
Si en las últimas semanas has tenido dificultades para conciliar el sueño prueba a seguir nuestras recomendaciones y trabaja para recuperar una buena higiene del sueño:
- Evita las siestas. Conviene coger la cama con ganas? y con sueño.
- Elimina los elementos de control como los relojes.
- Haz intentos cortos y repetidos. Si en 20 minutos no concilias el sueño, sal de la cama y lee algo preferentemente aburrido hasta que vuelvas a tener sensación de sueño.
- Instaura rituales. Márcate unas pautas fijas antes de ir a dormir: cepillarte los dientes, el pelo, tomar un tazón de leche caliente, etc.
- En la cama 'sólo' se duerme. Evita leer, ver películas o consultar la prensa desde tu Smartphone cuando estás en la cama.
- Practica ejercicio para cansarte, pero nunca en las horas previas al sueño. - Evita excitantes como el tabaco o el alcohol. Olvida el café hasta que recuperes el sueño.
Tres claves para entender el insomnio
'Hoy no he pegado ojo' es una frase tan repetida como falaz. Lo dicen los expertos, el sueño es el impulso más poderoso que existe, así que no se pasan noches en blanco.

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