Llegar a la cima del mítico Everest, en 2005, fue revelador. "La experiencia más brutal", dice. Antes de ser el popular aventurero que conocemos, Jesús Calleja (León, 1965) fue peluquero, vendedor de coches de ocasión y guía turístico. Pero siempre su amor por la montaña marcó su vida.
¿Cuántas veces te han llamado loco?
¡Muchas! Pero locura es cruzar todas las mañanas la M30 para aguantar a un jefe o dedicarte todo el día a un trabajo que no te gusta. ¡Eso sí lo es!
¿Te imaginas viviendo de otra manera?
No, por dios... Me gustaría reencarnarme y volver a ser Calleja [ríe].
¿Cuántas veces visualizas tus sueños?
Siempre que tengo un plan lo visualizo. En ocasiones no he podido hacerlo porque ha sido un sueño imposible, pero la actitud de pensar que se podía hacer siempre es positiva. No siempre pero con actitud casi todo se puede.
¿Qué ha supuesto para ti este libro?
Me he divertido mucho. He vuelto la mirada atrás, recordando cuando era un crío y la cantidad de cosas extrañas que he hecho, tan locas, pero que al final me llevaron a un objetivo. Cualquier cosa es posible y si no eres feliz con lo que haces, no has de arrastrar esa infelicidad, ¡puedes cambiar! Ser feliz es un derecho.
Hay gente que lo intenta y que no logra cambiar.... ¿Qué les aconsejas?
Lo más importante es no tener miedo. Vivimos en una especie de burbuja de confort en la que cualquier alteración nos afecta y no damos un paso pensando en si vamos a perder lo que tenemos. Eso es una equivocación porque los cambios siempre nos traen algo positivo. Yo me fui de España porque no encontraba lo que quería, y me fui a encontrarlo a Nepal, el tercer país más pobre del mundo, que me lo ha dado todo.
Y te ha dado el amor a la montaña y el de tus hijos. ¿Por qué adoptaste?
No fue algo calculado. En Nepal vi muchas carencias. Muchas veces viajas a un país y ves a personas con un problema grave y apartas la mirada. Yo no lo hice. Nepal me dio tanto que un día decidí que debía involucrarme. Y me dije, este niño que estoy viendo no se va a morir, así que invertí todos mis ahorros y me lo traje a España para curarlo. Él no quería regresar tras el tratamiento, me hice cargo de él y se convirtió en mi hijo.
Eres impulsivo y te gusta planificar. ¿No es algo contradictorio?
Son cosas distintas. No hay que confundir que planifique mi vida con que luego sea desordenado, deje muchas cosas al azar... Eso es también el picante de la vida. Mira, no me doblo las camisas, ni me hago la cama porque para mí no es importante [ríe]. Lo sustancial es si estoy llevando una vida que no me gusta o no soy feliz con mi trabajo o con lo que hago... En eso sí que soy radical y me pongo las pilas. Para el resto dejo espacio a la improvisación.
Y para ti, el bienestar es...
La búsqueda perpetua de la felicidad.
Lee también la entrevista a Javier Iriondo, exdeportista de élite, sobre el éxito y el fracaso.
"Vivimos en una especie de burbuja en la que cualquier alteración nos afecta"
Entrevistamos a Jesús Calleja. El aventurero repasa su vida y habla del cambio en el libro Si no te gusta tu vida, ¡cámbiala!

Título de la imagen