En mi novela “La viajera de la felicidad (Ediciones Tagus)”, Miriam, la protagonista, ha tenido una vida realmente difícil, y le han hecho daño, por ello, se siente frustrada y se desprecia a sí misma. Además, es consciente de que la vida de algunas personas ha sido mucho peor que la suya y esto le hace sentirse culpable cuando está triste o enfadada. Pero llegará un momento en que sentirá un gran alivio al comprender que su vida tampoco ha sido de las mejores y no tiene por qué seguir haciendo como si nada hubiera pasado. Es el momento de reconocer su sufrimiento para poder seguir adelante con el resto de su vida.
Asumir que hemos sufrido, es lo más difícil de hacer. Porque cuando nos sentimos heridos, aparece instantáneamente nuestro instinto de supervivencia que nos lleva a mantenernos firmes, a pesar de las adversidades. Es tan fuerte este instinto, que a veces nos complica el hecho de reconocer nuestro dolor y si no lo hacemos, no podemos avanzar en nuestra recuperación posterior.
Además, a veces no queremos darnos cuenta de quién o qué nos lo está provocando. Sin embargo, es imprescindible para poder ser conscientes de ello y actuar en consecuencia. La única manera de asumir el dolor para poder seguir adelante o para ponerle freno, es admitir que existe, que sufrimos, pero que no queremos volver a sufrir más. Este es el primer paso.
Empieza hoy mismo a ser consciente de tu sufrimiento y a dejarlo atrás, dando los cinco primeros pasos que te llevarán hacia delante:
-
Recupera tus valores: ¿Te sientes incapaz, débil y al borde del abismo? No te equivoques, tienes fuerza y resistencia suficientes, te lo has demostrado a ti mismo muchas veces. Necesitas recuperar tus valores para saber de nuevo quién eres, nada más.
-
Reconoce: Elvis Presley decía que “la verdad es como el sol, puedes ocultarte de él, pero seguirá estando ahí y en algún momento tendrás que volver a mirarlo de frente.” Podemos engañar a los demás, durante un tiempo, pero no a nosotros mismos. Reconoce lo que es cierto, asúmelo y verás la libertad que sientes.
-
Rechaza lo malo: Aunque es bueno reconocer lo que has sufrido, los malos recuerdos no te harán falta en tu viaje. Saber lo que estuvo mal en tu vida, no significa que siempre tengas que tenerlo presente ni hablar de ello. A partir de ahora, rechaza lo malo para siempre, también en tu pensamiento y en tus conversaciones.
-
Háblate cada día: ¿Piensas que es de locos hablar solo? Pues te equivocas. Si mantienes un diálogo interno contigo mismo cada día, aunque sean dos minutos, recuperarás tu sabiduría interna y la conexión con tu interior. Recuerda que tú eres tu mejor amigo.
- Busca ayuda: La psicología, la autoayuda, la filosofía, y los amigos, son de gran ayuda. Si no te ves con fuerzas para continuar solo, no te avergüences y busca ayuda. ¡Saldrás ganando!