La playa y el mar son dos de las localizaciones más deseadas y explotadas del verano en todas las partes del mundo. En ellas, disfrutamos del sol y del aire libre, practicamos deporte o hacemos picnics, pero a menudo nuestro paso deja un gran lastre de basura y de contaminación que afecta negativamente a la biodiversidad de los mares y océanos.
Sabemos que dos terceras partes de nuestro planeta son agua y que, aun así, están altamente contaminadas por plásticos (cada año llegan al mar ocho millones de toneladas de estos residuos) y que sufren la sobreexplotación pesquera, la acidificación y los efectos del cambio climático. Un alarmante panorama que, si no se detiene y no se reconduce, nos llevará al colapso a nivel global ya no a largo plazo sino en pocas décadas.
Ante la extinción de especies marinas, el deshielo de los polos, la acumulación de residuos flotantes contaminantes o la pesca ilegal, debemos actuar. Sobre todo, teniendo en cuenta que la mayoría de aguas del planeta son internacionales y que, por tanto, no cuentan con ningún tipo de regulación que vele por su conservación y restauración.
¿Cómo disfrutar del mar sin dañar el medioambiente?
Y, aunque a través de muchos de nuestros gestos diarios podemos luchar contra el cambio climático y ayudar a salvar los océanos, es importante no bajar la guardia durante las vacaciones, y mucho menos cuando estamos en contacto con el gran azul. Estas son algunas de las acciones básicas que deberemos cumplir si queremos disfrutar del mar sin dañar el medio ambiente.