La guerra contra el despilfarro de comida en bares y restaurantes ya ha empezado. Y menos mal. En España, los hogares tiran hasta 1.364 millones de kilos de alimentos al año, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La mayoría de ellos, son productos frescos que no han llegado a cocinarse, aunque también hay muchos productos caducados.
Y algo similar ocurre en bares y restaurantes, negocios que, día a día, tiran a la basura comida en buen estado que muchas veces podría reaprovecharse para múltiples fines.
Para poner freno a este grave problema que acarrea consecuencias negativas tanto a nivel económico como ambiental y ético, el Consejo de Ministros ha aprobado el proyecto de ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, entre cuyas medidas destaca el de multar a los negocios de hostelería que desperdicien alimentos.
Los comercios que desperdicien comida podrán ser multados
Qué podemos hacer como consumidores
Existen muchas maneras de evitar el desperdicio de comida en casa. La planificación de las comidas, la compra a conciencia y sin impulsos, la cocina de reaprovechamiento o el hábito de congelar las sobras son algunas de ellas.
La cuestión es que, si lo hacemos en nuestros hogares, ¿por qué no hacerlo también cuando vamos a un bar, a un restaurante o a una tienda de alimentación? Evidentemente, no tendremos acceso a la cadena alimentaria ni podremos corregir los errores que allí puedan cometerse, pero, como consumidores, sí tenemos mucho más poder del que creemos.
Estas son algunas buenas prácticas que nos costarán muy poco pero que pueden tener un gran impacto en la lucha contra el desperdicio: